Tras una reunión de bloque que terminó en estallido, nada se calmó en la UCR. El jefe de bloque en Diputados, Rodrigo De Loredo, emitió al filo de la medianoche del martes un comunicado donde intentaba zanjar el tema de los cinco diputados radicales que se dieron vuelta y votaron contra los jubilados, pero el tema parece cualquier cosa menos zanjado. En primer lugar, algunos diputados le desmintieron el comunicado y advirtieron que no hubo votación para cerrar el tema. En segundo lugar, el sector de Facundo Manes confirmó su vocación de quitarle la jefatura de bloque de acá a fin de año. Y en tercer lugar, el titular del Comité Nacional de la UCR, Martín Lousteau, salió a cuestionarlo: «Los diputados que se fueron a sacar una foto, ¿le
preguntaron a De Loredo? Si no le preguntaron, él tenía que estar
interesado en sancionarlos. Si él los avaló, que lo diga, que había que
votar a favor del Gobierno y en contra de los jubilados”.
La reunión del bloque de Diputados que convocó De Loredo terminó estrepitosamente con la salida del sector de Facundo Manes, que no pensaba avalar la decisión del jefe de bloque de no sancionar de ninguna forma a los cinco diputados que cambiaron su voto, se sacaron una foto con Milei y luego lo festejaron en un asado (la misma noche de la reunión de bloque). Pese a que no habían llegado a ningún acuerdo sobre cómo seguir, De Loredo forzó un comunicado que salió a altas horas de la noche del martes.
Un bloque roto
En el comunicado señala que «por amplia mayoría decidieron seguir trabajando con su integración actual, sin excluir a nadie por su manera de pensar, más allá de las decisiones externas a este cuerpo que pretenden traspasar su ámbito de competencia». Fue una respuesta directa a la Convención nacional de la UCR que suspendió a los cuatro diputados que cambiaron su voto y tienen afiliación y envió seis casos al Tribunal de Ética.
En el comunicado De Loredo hizo uso de la virtud de la tolerancia y consideró que «todas las diferentes opiniones y posiciones, por más minoritarias que sean dentro del bloque, son respetadas y tenidas en cuenta».
Desde la Convención, el dirigente Hernán Rossi le retrucó que el comunicado estaba flojo de papeles: «Comunicado sin firmas. Bloque sin conducción. Contrasta notablemente con la institucionalidad de los cuerpos partidarios», le soltó.
Si con el comunicado De Loredo buscaba terminar con el tema, no hizo sino potenciarlo. De hecho, lo primero que pasó es que uno de los que participó de la reunión salió a desmentir que haya existido una votación «por amplia mayoría». «Desmiento la información contenida en este comunicado que no expresa lo sucedido en la reunion. No hubo votación y menos aun una decisión mayoritaria de nada. Entre 4 o 5 no pueden imponer sumisión al oficialismo», les devolvió el diputado catamarqueño Fernando Carbajal.
Luego, en declaraciones a AM 750, Carbajal remarcó que el comunicado es «falso» y consideró que «el bloque de diputados de la UCR está roto: Rodrigo De Loredo no
conduce nada. Es imposible la convivencia
con los diputados que votaron a favor del veto a la ley de
jubilaciones«. También advirtió que «hay que avanzar en la expulsión del ministro Luis Petri
de la UCR».
Lousteau contraataca
Luego de varios días de recibir críticas de De Loredo y del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, Lousteau salió a responderles. Primero, buscó desarmar el argumento de que estaban sancionando a quien pensaba o votaba distinto. “No es cuestión de votar distinto. Cinco diputados votaron a favor de la recomposición de jubilados y dos meses después fueron a Olivos, se sacaron una foto con el Presidente sonriendo y votaron en contra de lo que habían votado. No es un tema de si todos votan igual. Es
un tema de que ellos por prebendas o ventajas personales traicionaron a los
jubilados y fueron en contra de la postura del partido«.
E insistió en que canjearon su voto por algo que no sabemos qué es, pero será una ventaja electoral, un lugar en las listas, un lugar en el Ejecutivo». «Más casta que eso no se consigue. Hay muchos que se ponen contentos por ser radicales peluca”, remarcó. En ese punto, Lousteau dijo que está de acuerdo que suspender a los diputados.
Lejos de cerrar las diferencias, le planteó a Cornejo y De Loredo: “Hay una tensión más profunda porque hay radicales que parecen estar de acuerdo con la visita a genocidas, que el Presidente hostigue a periodistas y opositores, que se baje Bienes Personales a costa de los jubilados o que haya que ir a un asado a celebrar que se les negaron tres kilos de carne por mes a los jubilados”. “Lo que hicieron ayer de sacarse una foto es cruel. Le negás 18 mil pesos a los jubilados y vas a un asado, eso es cruel”, insistió.
De Loredo resiste
Por ahora, De Loredo tiene los números para mantener la jefatura de bloque, si no ya lo hubieran sacado junto con Karina Banfi. No obstante, el sector de Manes sigue intentando juntar voluntades para, de acá a fin de año, quitarle ese lugar. «No comparto la postura que tomaron los diputados, pero
tengo plena conciencia de que se trata de diputados honorables, de
prestigio en su distrito y de mucha trayectoria”, insistió el jefe de bloque antes los pedidos de expulsarlos que escuchó en la reunión de bloque.
A Banfi también la corrieron. «No vale tirar la pelota afuera! No es esa la discusión. #EraNoAlVeto no es tan difícil», le tiró via Twitter su compañera de bloque Danya Tavela. «No es tan difícil, no se usan las instituciones del partido para sostener posiciones facciosas. Vos faltaste a la reunión del Bloque pero estos diputados, en minoría, argumentaron su posición. No estuve de acuerdo pero no echo a nadie. Salite de la chiquita Danya, estás para más», le contestó Banfi, que nunca se achica.
Lo cierto es que de aquí en más a De Loredo se le dificultarán las negociaciones que solía llevar con el oficialismo. Se supone que representa un bloque con tres o cuatro facciones, de las cuales una abiertamente lo está impugnando. Ya hay quien dice que, por más que por ahora sigan en el mismo bloque, es imposible que vuelvan a votar todos juntos.
Y en breve se les viene una prueba que tensionará aún más a la UCR: el veto al presupuesto de las universidades.