La Rural, un country sin bozal | La baja de las retenciones hizo mugir de alegría al campo


El público enloquece, las gradas vibran, los animales mugen. Una señora vestida con pieles y lanas rosa de pies a cabeza pierde la elegancia y en segundos se transforma en la más ferviente barrabrava libertaria. Por los parlantes anuncian que, entre acordes de la marcha del San Lorenzo, ingresa a la pista de barro y bosta Javier Milei.

El jefe de Estado entra de pie en la caja de una 4×4, acompañado por su hermana y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y por el ministro de Economía, Luis Caputo. La vice Victoria Villarruel, ausente. Los representantes de varias castas del sector agropecuario, en esta, la casa del campo en la ciudad, se convirtieron en una gran hinchada «futbolera». ‘’El peluca’’ fue un sentimiento este sábado.

El toro campeón

El stand de Hereford Argentina es uno de los más imponentes de la feria junto a los de camionetas, seguros, tractores y grupos de medios. En un mismo espacio se venden, por un lado, equipos de mate, platería, ponchos, botas y bombachas, y otras variedades de ropa campestre. Y del otro lado del stand hay una carnicería con cortes envasados al vacío. 

A pocos metros toma mate una pareja “contra toda diferencia social”. Ella es nacida y criada en el barrio porteño de Palermo y estudiante de diseño de indumentaria. La acompaña su novio de sombrero texano, con el detalle de una pluma de pavo real en la solapa. Él es un señor oriundo de Bragado, dueño de un criadero, con hijos adolescentes que lo ayudan con su negocio. Se conocieron por redes sociales y se visitan los fines de semana. Ella no estaba del todo convencida de levantarse tan temprano para venir a la inauguración con “este frío, pero le estoy haciendo el aguante”. Mientras esperan que empiece el acto, recorren la feria.

Ella: ¿Podemos ir para afuera? El olor es insoportable. Después me queda tres días en la ropa…
Él: ¡Pero mirá, gordita, mirá!
Ella: ¿Qué?
Él: Lo que te decía antes. ¡Uno de los toros más premiados!
Ella: ¿Y por qué los premian?
Él: Te vas a dar cuenta por el prepucio.
Ella:

Kirchnerismo, esa mala palabra

Antes del Presidente Milei, Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural, ya había preparado el terreno para que la platea festejara los anuncios de la baja de retenciones. Había avivado el clima con guiños, choque de manos y miradas con el Presidente, su hermana y una mención especial a la ministra Sandra Pettovello. Pino fue especialmente ovacionado cuando dijo que la condena a una »expresidenta de la Nación» —a quien ni nombra— era prueba de la independencia del Poder Judicial con respecto al Legislativo y el Ejecutivo.

Una sola cosa es innegociable. “Si hay algo claro es que sabemos a dónde no queremos volver”, dice entre graznidos . Lo dice en referencia a los gobiernos kirchneristas, a los que poco después el Presidente argentino identificaría como “vagos, delincuentes, ñoquis”.

Si bien hay lugar en las gradas, sólo pueden acceder los invitados. “¡Viva la libertad del campo!”, dirá Pino y aplaudirán todos, pero las castas no se cruzan. Atrás del alambrado, muy lejos de la acción, el público general —ese que no necesariamente pertenece al sector pero visita la Rural como espectáculo— no está invitado a escuchar los discursos ni ver los desfiles. Puede, sí, recorrer los stands y los animales en exposición.

Mientras el Presidente se aclara la garganta desde el atril, un hombre de unos cincuenta años, desde la platea, con la campera Uniqlo reglamentaria, gafas y pantalón caqui, aprovecha unos segundos de silencio para gritarle: “Javo, gracias por bajar la inflación”. A su lado, quien parece ser su pareja, envuelta en cueros, lo besa, como si lo felicitara por haberse atrevido a enviar aquel mensaje de amor al ídolo, así, tan valientemente, ante las masas.

Los dueños del campo argentino, sus familias, los empresarios de mayor a menor ligados al agro, tamberos, criadores, se ubican en las plateas laterales. En la grada detrás de la tarima del Presidente hay funcionarios, presidentes de las asociaciones de las distintas razas de animales, presidentes de las sociedades rurales provinciales y los dueños de los tambos y cabañas de animales que fueron premiados otros años. Todos abandonan los modales y aúllan, chiflan, agitan los brazos con cánticos cuando Milei arenga.

Personal de descarte

“¿Cuáles son las condiciones que pedimos? En primer lugar, que se continúe reduciendo la carga impositiva, para liberar nuestra capacidad productiva. Esto incluye, ante todo, eliminar las retenciones”, dice Nicolás Pino desde el escenario. La audiencia enloquece cuando Pino habla de bajar cargas impuestos para la producción, la exportación y la contratación de personal, en contra de lo que llama “la industria del juicio”.

“En el ámbito del empleo, es imprescindible avanzar en la reforma laboral, que facilite la creación de más puestos de trabajo, y nos libere de la llamada ‘industria del juicio laboral’, que encarece y complica la contratación de personal. Es urgente establecer soluciones justas para las zonas desfavorables, donde los trabajadores perciben incrementos salariales diferenciales, pero los empleadores enfrentan costos adicionales equivalentes. Sería justo y razonable que estos últimos sean compensados eliminando aumentos similares en sus cargas sociales”, dice el presidente de la Sociedad Rural. 

A varios metros del lugar donde Pino hace esas consideraciones sobre el derecho laboral, lo escucha un cabañero, detrás del alambrado. El joven le cuenta a Página/12 que tiene 17 años pero que trabaja desde los 15. Prefiere no dar información sobre las condiciones en las que desempeña su trabajo, ni de su salario. La cabaña donde trabaja queda en La Dulce, un pueblo a media hora de Necochea.

¿Cómo es el día de un cabañero? Me levanto temprano, les doy de comer a los animales, los baño, los sopleteo. Acá en la feria es mucho más trabajo porque están quietos, con bozal y cogotera, hay que darles agua y rollo 24×7. Me encargo de cuidarles el pelo. Los bañamos y los sopleteamos mucho porque también ayuda, al carácter, los amansa —cuenta sobre su trabajo en doble turno, que hace desde hace dos años.

Atiende la cabaña, donde están los animales de competición, una quinta, donde están los animales “de descarte”, y una estancia con vacas de pedigrí. Le gusta venir a la exposición porque “te atienden: el patrón te trae de todo. Y encima a la noche hay acá adentro asados y fiestas”.

El Estado presente es, según los discursos de este mediodía, parasitario y una preocupación exclusiva de “empobrecedores” compulsivos, con excepción de los organismos estatales que sí resultan funcionales al sector. Pino mira hacia el Presidente y pide por ellos: por la protección del INTA y por la puesta a punto del Senasa, dos palabras que Milei ni pronuncia. 

Servir a la Patria

“Fue muy positivo”, dice Héctor Cornelia, productor agropecuario, en relación al discurso que acaba de escuchar. El agro, considera, “es la base de la sociedad argentina porque, como dijo el Presidente, mueve todo lo demás: la industria, el trabajo. Lo más interesante fue el anuncio de la baja de retenciones para la soja, el sorgo, el maíz, la carne y el girasol, que es justamente lo que el agro estaba esperando. Sin ser partidarios, este es un presidente al que hemos votado porque veníamos cansados de la política anterior”.

“Esto es exactamente lo que el pueblo argentino necesita”, dice Gustavo Rabón, productor de Lincoln, veterinario “promoción 1971”. “Fue claro, fue conciso y nos dio seguridad”, dice sobre el discurso presidencial. Pero aclara: “La mayoría de los que estamos acá no entendemos nada. Han dado muchos números que no tengo ni idea si son así. Y nadie tiene. Pero más allá de eso yo le creo, porque sé que habla con convicción cuando dice que hay que sacarle la pata de la cabeza al campo. Mientras el Estado no sabe bien qué hacer hace 18 meses, el campo ya tuvo cinco cosechas. Si el campo está bien, todos van a estar bien”.

La mayoría de las voces que recorren este sábado La Rural comparten imaginario sobre las pujas distributivas. Donde otros podrían ver intereses en tensión, ven un orden originario que los distintos gobiernos, según su signo, honran o no. El Estado debería dejar hacer para dar paso a un derrame que fluiría por inercia natural

En casi todo lo que dicen invocan una mitologia que se puede resumir como el lema que aparece en las paredes del predio: Cultivar el suelo es servir a la patria. Pero, si es cuestión de citar refranes, como reverso de esa frase podría resonar también otra. La que más de una vez dijo Batato Barea: La vaca no da la leche, se la quitan.



Fuente: www.pagina12.com.ar

Entre Patriotas y traidores

Gobernadores reaccionaron al anuncio de baja de retenciones de Javier Milei

El jefe de Estado eligió un tono de campaña en su intervención en la 137° edición de la exposición, donde fue ovacionado por los asistentes al detallar la rebaja de alícuotas a la carne, la soja y varios granos. El paquete incluye, por ejemplo, una baja de 33% a 26% en las retenciones a la […]

Más info
Entre Patriotas y traidores

Patricia Bullrich se reunió con una funcionaria de la Embajada de EEUU

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich se reunió con la Encargada de Negocios de la Embajada de EEUU en la Argentina, Heidi Gómez Rápalo. Fue previo al aterrizaje en el país de la funcionaria trumpista Kristi Noem, secretaria del Homeland Security. El encuentro se dio este viernes, días después de que la funcionaria fuera nombrada […]

Más info
Entre Patriotas y traidores

El presidente del Episcopado criticó el uso de «lo religioso» para justificar la violencia | Definiciones de Marcelo Colombo

El arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, quien también ocupa la presidencia de la Conferencia Episcopal, habló en su provincia con ocasión de la celebración de la fiesta de Santiago apóstol, e hizo una muy crítica alusión a la dirigencia política que usa lo religioso “para justificar o legitimar su violencia”.  El señalamiento cobra importante significación […]

Más info