A nivel global, los diferentes focos de conflicto despiertan cautela en el mercado. Asimismo, en el plano local el foco está puesto sobre el dólar.
Las condiciones financieras para Argentina mejoraron en junio, fundamentalmente debido a factores externos. Aun así, en el mercado ven como una posibilidad latente que haya una corrección bajista, teniendo en cuenta la cantidad de focos de conflicto que hay en el mundo, y el recalentamiento del dólar a nivel local.
Así lo reflejó el Índice de Condiciones Financieras (ICF), elaborado todos los meses por la consultora Econviews y el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) para explicar la dinámica del clima de negocios en el país. En el sexto mes del año, el referencial llegó a las 58,8 unidades, 12,1 por encima del nivel de mayo y 30,9 arriba respecto de junio de 2024.
El repunte fue explicado en su mayor parte por el segmento de «condiciones externas». Allí, ocho de de las diez variables evaluadas exhibieron incrementos, destacándose puntualmente los de la estabilidad en monedas y acciones emergentes.
«La inestabilidad de los commodities (por la guerra en Medio Oriente) no contagió a las acciones ni a los bonos, que contribuyeron a la mejora de las condiciones externas por segundo mes consecutivo, después de la caída récord de abril. Otro hecho controversial que tampoco hizo mella en el ánimo del mercado fue que el Congreso de EEUU aprobó un presupuesto que aumenta el déficit», señaló el informe difundido este lunes.
Aun así, Econviews y el IAEF pronosticaron que «dados los varios frentes abiertos (aranceles, déficit fiscal y deuda, guerras en Europa y Medio Oriente), vemos chances de otra corrección hacia abajo en los próximos meses».
A nivel local, el foco está puesto sobre la evolución del dólar
En el plano local se observó una mayor disparidad entre las variables. Entre las mejoras resaltaron las de la liquidez de corto plazo, y la confianza en los bancos (determinada por la evolución de los depósitos en dólares), mientras que la devaluación esperada fue la variable que más se deterioró en el período analizado.
Precisamente, el informe hizo doble click sobre la evolución del tipo de cambio, al explicar que el incremento de los primeros días de julio responde a elementos estacionales como el «final de la cosecha gruesa, la baja temporal de retenciones, el cobro del aguinaldo y las vacaciones de invierno», aunque también impactan la típica dolarización de carteras pre electoral y el déficit de cuenta corriente.
«Con equilibrio en las cuentas fiscales, es menor el riesgo de una corrección traumática, pero es probable que en los próximos meses el dólar se mueva entre el medio y el tope de la banda«, estimaron Econviews y el IAEF.