El chocolate negro o amargo, conocido por su alto contenido de cacao, ha sido promocionado durante años como un alimento beneficioso para la salud, capaz de mejorar la presión arterial, el estado de ánimo y la agudeza mental. Sin embargo, las investigaciones más rigurosas contradicen en gran medida esta idea, según un artículo de The Economist.
Los supuestos efectos positivos del chocolate negro se atribuyen a los flavanoles, unos compuestos presentes en el cacao y en otros alimentos como el té, las uvas o las manzanas. Aunque algunos ensayos clínicos controlados han mostrado mejoras leves en ciertos indicadores, los resultados generales han sido inconsistentes y los estudios suelen ser de corta duración, lo que impide conocer los efectos a largo plazo.
Los estudios observacionales, que se basan en encuestas sobre los hábitos alimenticios, han encontrado que las personas que consumen más flavanoles, ya sea de chocolate amargo u otras fuentes, tienden a tener mejor salud. No obstante, los investigadores advierten que estas correlaciones pueden deberse a otros factores, como un mayor nivel socioeconómico o estilos de vida más saludables. Un trabajo publicado en 2024, por ejemplo, observó que quienes comían más chocolate oscuro tenían menos probabilidades de fumar, lo que podría influir en los resultados.
Riesgos y alternativas
Un ensayo clínico a gran escala conocido como COSMOS, realizado en Estados Unidos desde 2015, evaluó durante 3,6 años los efectos de suplementos con extracto de cacao que contenían 500 miligramos de flavanoles. Aunque los participantes que los tomaron registraron una reducción del 27 % en las muertes por enfermedades cardiovasculares, no se observaron diferencias significativas en la incidencia de diabetes, cáncer, infartos o deterioro cognitivo.
Por otro lado, expertos señalan que obtener tal cantidad de flavanoles a través del chocolate implicaría consumir grandes cantidades de azúcar y grasas saturadas, lo que anula sus posibles beneficios. En su lugar, recomiendan obtener flavanoles de frutas, verduras, frutos secos, legumbres o té verde, fuentes más saludables y sin los efectos negativos del exceso de grasa y azúcar.
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