El presidente brasileño le respondió a su par norteamericano, que le impuso un aumento de aranceles, fundamentalmente por motivos políticos.
El presidente de Brasil, Lula Da Silva, dijo este jueves que está dispuesto a negociar con EEUU, pero avisó que impondrá aranceles de represalia si su homólogo Donald Trump cumple con su promesa de aumentar los impuestos a las importaciones en un 50% debido al juicio penal en el contra su predecesor, Jair Bolsonaro.
Lula afirmó que activará la ley de reciprocidad de Brasil, aprobada por el Congreso a principios de este año, si las negociaciones con Estados Unidos fracasan. «Si no hay negociación, la ley de reciprocidad se pondrá en marcha. Si él nos cobra un 50% (de aranceles), nosotros les cobraremos un 50% a ellos«, dijo Lula en una entrevista.
En el caso de Brasil, Trump está tratando de dictar el resultado del juicio penal de Bolsonaro, un aliado que, al igual que el republicano, ha sido acusado de intentar revertir los resultados de una elección presidencial. Bolsonaro sostiene que está siendo perseguido políticamente por el Supremo Tribunal Federal de Brasil debido a sus cargos sobre el supuesto complot para permanecer en el poder después de su derrota electoral de 2022 ante Lula.
Lula ordenó el jueves a sus diplomáticos que devolvieran la carta de Trump si llega físicamente al palacio presidencial en Brasilia. El documento ataca al poder judicial del país y menciona fallos recientes sobre empresas de redes sociales entre las razones por las cuales los bienes de la nación sudamericana tendrán aranceles más altos a partir del 1° de agosto.
En Brasil sostienen que Donald Trump busca desarticular el BRICS
Trump ha impuesto sus aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 y en abril señaló que el déficit persistente entre lo que Estados Unidos exporta e importa es una crisis nacional. Pero Estados Unidos tiene un superávit comercial con Brasil, lo que socava parte de la justificación.
Algunos miembros del gobierno de Lula dicen que el movimiento de Trump en realidad está dirigido a la conexión de Brasil con otras economías del sur, como se mostró el domingo en la cumbre de naciones BRICS celebrada en Río de Janeiro. Lula volvió a expresar la esperanza de que haya una moneda alternativa al dólar para las transacciones, un tema que frecuentemente provoca la ira de Trump.
«Trump nunca estuvo preocupado por la democracia en ningún lugar, mucho menos con el destino de Bolsonaro», dijo Gleisi Hoffmann, ministra de relaciones institucionales de Brasil. «Lo que teme es el fortalecimiento de las relaciones comerciales y financieras del sur global, que Brasil está ayudando a construir en el bloque BRICS y en otros foros. No seremos rehenes de Trump».
La interferencia de Trump en los asuntos brasileños ha traído un sentido de unidad que estaba en gran medida ausente en una nación políticamente dividida. Algunos de los aliados de Bolsonaro afirmaron que Lula había provocado la ira del presidente estadounidense con otras decisiones, incluida la crítica a la guerra de Israel en la Franja Gaza. Pero otros partidarios del expresidente optaron por pedir prudencia en las negociaciones.