El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva inauguró este martes en Brasilia una cumbre de presidentes sudamericanos en la que pidió resucitar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para avanzar en la integración de los países sin tener que empezar de cero.
«No tenemos tiempo que perder, América del Sur tiene ante sí de nuevo la oportunidad de recorrer el camino de la unión, y no es necesario empezar de cero», declaró, y añadió que «la Unasur es un patrimonio colectivo, está en vigor (…) es importante retomar su proceso de construcción«.
El líder brasileño precisó, no obstante, que hay que «evaluar críticamente lo que no funcionó» y tener en cuenta esas lecciones. En este sentido, Lula propuso que la regla del consenso se restrinja «a cuestiones de fondo», evitando que los estancamientos en ámbitos administrativos paralicen sus actividades, así como abrir la organización a toda la sociedad.
«Sería un error restringir las actividades a las esferas de Gobierno; involucrar a la sociedad civil, sindicatos, empresas, académicos y parlamentarios le dará consistencia a nuestro esfuerzo«, informó.
Lula propuso a sus homólogos varias iniciativas concretas, como poner el ahorro regional al servicio del desarrollo, movilizando bancos como el CAF, Fonplata, el Banco del Sur y el BNDES Y o la creación de «una unidad de referencia común para el comercio, reduciendo la dependencia de monedas extrarregionales».
También sugirió actualizar la cartera de proyectos del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planificación (Cosiplan), priorizando los que estén en regiones fronterizas, reactivar el Instituto Suramericano de Gobierno en Salud, iniciar la discusión sobre la creación de un mercado energético suramericano y crear un programa de movilidad regional para estudiantes y profesores como el de la UE.
«No tenemos ideas preconcebidas sobre el futuro diseño institucional que podríamos adoptar, queremos dialogar y conocer la opinión de todos», afirmó Lula, aunque añadió que él está «personalmente convencido» de la necesidad de un foro que permita discutir con fluidez y regularidad.
Por ello, consideró «fundamental» la creación de un Grupo de Alto Nivel, con representantes personales de cada presidente, para dar seguimiento al trabajo de reflexión y presentar una hoja de ruta para la integración en un plazo de 120 días.
«Mientras estemos desunidos, no lograremos hacer de América del Sur un continente desarrollado en todo su potencial; la integración debe ser un objetivo permanente para todos nosotros, necesitamos dejar raíces fuertes para las próximas generaciones», expresó Lula.
El presidente brasileño ejerce de anfitrión de los jefes de Gobierno de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela, en la primera gran cita diplomática que organiza en Brasil desde que llegó a la presidencia en enero de este año.
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