La medida, impulsada por Claudia Sheinbaum, busca proteger la industria local, en una decisión espejada a la política comercial de Donald Trump frente a China. Entrará en vigor en enero de 2026 y afectará más de 1.400 productos.
El Senado mexicano votó el miércoles la aprobación definitiva de un paquete de aranceles a las importaciones asiáticas, lo que marca un giro proteccionista en la política comercial del país. La legislación establece gravámenes de entre 5% y 50% sobre más de 1.400 productos provenientes de países asiáticos sin acuerdo comercial con México, entre los que se destaca China.
Los nuevos aranceles regirán desde enero de 2026 e impactarán en sectores clave: textiles, metales, autopartes, entre otros. Aunque la presidente de México, Claudia Sheinbaum, negó públicamente cualquier coordinación con Washington, la medida replica el enfoque del presidente estadounidense Donald Trump en su pulseada comercial con China.
El «timing» tampoco parece casual: la aprobación se produjo en medio de intensas negociaciones comerciales con la Casa Blanca, lo que alimenta expectativas de que México podría obtener alivio en los aranceles estadounidenses al acero y aluminio.
La Secretaría de Hacienda proyecta que las nuevas tarifas generarán ingresos adicionales por u$s2.800 millones el próximo año.
Lobby y presión internacional
La iniciativa, presentada por Sheinbaum a principios de septiembre, enfrentó resistencia de gobiernos asiáticos, cámaras empresariales y legisladores opositores, lo que demoró su tratamiento parlamentario.
Tras conocerse la novedad, el Ministerio de Comercio chino reaccionó con dureza este jueves: advirtió que seguirá de cerca el régimen arancelario mexicano y evaluará su impacto, al tiempo que calificó la medida de «injustificada y perjudicial».
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«China siempre se ha opuesto a toda forma de aumento unilateral de aranceles y espera que México corrija cuanto antes tales prácticas unilateralistas y proteccionistas«, señaló el comunicado oficial de Beijing, que anticipó que las medidas «socavarán sustancialmente» los intereses comerciales.
El sector automotor, en la mira
Los vehículos chinos enfrentarán el arancel más elevado: 50%. Se trata de una cifra que cobra relevancia si se considera que las automotrices del gigante asiático ya capturaron el 20% del mercado mexicano, un salto exponencial respecto a la presencia marginal que tenían hace apenas seis años.
La decisión cuenta con el respaldo de funcionarios mexicanos y asociaciones del sector, que buscan blindar la producción nacional de autos, pilar del entramado manufacturero del país.
La movida también se inscribe en la tendencia regional: Canadá adoptó el año pasado medidas similares sobre vehículos eléctricos, acero y aluminio chinos, en línea con la política de Washington.
La estrategia de Sheinbaum apunta a contener el fenómeno del «transbordo» de exportaciones chinas a través de terceros países, una preocupación compartida por EEUU en el marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.
