Javier Milei ahora suma cenas y almuerzos con aliados colaboracionistas en busca de blindar en el Congreso su presupuesto 2025 con la premisa del “déficit cero”. El presidente recibió ayer al mediodía en la Casa Rosada –empanadas de por medio— a los gobernadores del PRO Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio «Nacho» Torres (Chubut) y al jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, junto a los mandatarios provinciales Marcelo Orrego (San Juan), y Claudio Poggi (San Luis), ambos con sellos propios en su territorio pero siempre cercanos al espacio amarillo. Milei trazó el panorama económico al que aspira su Gobierno para el año próximo, y los gobernadores plantearon sus “preocupaciones” sobre distintos temas, que incluyeron las deudas de la Anses con las cajas previsionales no traspasadas al Estado nacional (que el gobierno entrerriano ya judicializó) y la falta de obras públicas de infraestructura. Si bien hubo fotos de familia, de Milei junto a los gobernadores y otra con todos los funcionarios que participaron del ágape negociador, los invitados se fueron de Balcarce 50 sin hacer declaraciones.
En la previa, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, blanqueó los términos con que el Gobierno encara las negociaciones con sus aliados sobre el presupuesto 2025, que ya discute la Cámara de Diputados: “El jefe de Estado no tiene problema de que se reasignen partidas, siempre y cuando quede en claro de dónde salen los fondos con una ecuación que tiene que respetar el déficit cero”, dijo por la mañana el ministro. Aunque Milei tampoco está dispuesto a resignar los ejes sobre el que su gestión asienta el reparto de los recursos nacionales y donde los beneficiarios son los “héroes” –según su propia definición– de las empresas y capitales más concentrados del país.
Durante el almuerzo que se sirvió en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, Milei recurrió una vez más a su remanido libreto económico, avanzó en algunas precisiones de la implementación de la Ley Bases y sobre el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que interesaban especialmente a algunos de sus interlocutores. Pero también se refirió a la prioridad que significa para su gestión la aprobación del Presupuesto 2025 con el acento puesto en su idea de sostener el “déficit cero”, cuyos recortes para alcanzarlo impactaron negativamente en las economías provinciales.
Los gobernadores, en tanto, hicieron conocer sus “necesidades”. El entrerriano Frigerio llevó su reclamo por la deuda con la caja de previsión provincial, como lo hizo ante el Coloquio de IDEA y que ya elevó judicialmente ante la Corte Suprema. Torres y Orrego consultaron particularmente por la relación del Gobierno con China: el chubutense quiere explorar las posibilidades de la explotación de uranio en su provincia y el sanjuanino está interesado en las perspectivas que el RIGI le aportaría en la producción minera, y en las que ambas habría capitales de la potencia oriental interesados.
Todos coincidieron en el reclamo de las deudas que el Gobierno central tiene con sus provincias y en retomar la obra pública, particularmente en temas viales de las deterioradas rutas que atraviesan sus territorios. «Fue una buena reunión, aunque todavía no llegamos a ninguna definición», comentó uno de los escasos voceros provinciales sobre el encuentro. Los mandatarios del PRO, para los que Mauricio Macri reclamó al Gobierno un trato preferencial, salieron juntos de la Casa Rosada pasadas las 14,30 horas. Poco después se retiró el tándem de los semiamarillos. Ninguno realizó declaraciones.
En el barro
Consciente de su limitación parlamentaria y del desgaste de apoyo a su gestión (que el Gobierno intenta negar), Milei se metió de lleno en el barro político, que en principio despreció y del que evitó salpicarse. Ahora asume el rol de cabeza de la negociación, convencido que la llave para alcanzar sus objetivos son los gobernadores colaboracionistas. Así lo hizo para blindar sus vetos al escuálido aumento de las jubilaciones y del financiamiento universitario.
Por eso impulsó encuentros más pequeños, ya no para realizar su habitual arenga, sino para conseguir su apoyo en un más cercano mano a mano con sus aliados más íntimos y los potenciales. En esa estrategia, lo acompañaron ayer, además de Francos, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y la secretaria General de la Presidencia y hermana presidencial, Karina Milei.
El mismo equipo que lo acompañó en la cena que el mandatario brindó en la Quinta Presidencial de Olivos a los gobernadores peronistas y panperonistas que le son funcionales a las políticas de su gobierno. Allí estuvieron Gustavo Sáenz (Salta); Raúl Jalil (Catamarca); Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Hugo Passalacqua (Misiones).
También tiene previsto otro encuentro con los gobernadores radicales, que en principio se pospuso por la interna que partió el bloque de la UCR en Diputados por los “radicales con peluca” que ayudaron a convalidar los vetos presidenciales contra jubilados y universidades. En Casa Rosada igual están convencidos de que contarán con el apoyo de los mandatarios provinciales boinas blancas y los votos clave de los legisladores que les responden para acompañar el Presupuesto 2025. Lo mismo hará con los gobernadores de partidos provinciales.
A diferencias de los acuerdos “incumplidos” que reclaman los mandatarios provinciales colaboracionistas que brindaron sus apoyos en base a promesas, los pactos a los que se arriben deberán estar plasmados en el texto final del proyecto de Presupuesto que llegue a los recintos de ambas Cámaras del Congreso. Habrá que ver si esta vez se concretan y si el Gobierno libertario los cumple.
