El integrante del Directorio del Conicet en representación de las entidades del agronegocio, Manuel García Solá, renunció a su puesto y dejó en evidencia el alineamiento total del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, con el presidente Javier Milei. Solá hizo público que dio un paso al costado en contra de su voluntad y por un pedido expreso de Pino, durante una reunión privada, como castigo por expresar sus diferencias por la persecución política e ideológica que ocurre con los becarios e investigadores del organismo.
Solá, ex ministro de Educación del menemismo, fue nominado por la SRA (con acuerdo de Confederaciones Rurales, Federación Agraria y Coninagro) en junio de 2022 y nombrado en el directorio por el presidente Alberto Fernández. Su desvinculación la relató en una carta pública en la que dejó claro su «disenso con la causa» que llevó a Pino «a hacerme esta solicitud». Más allá de la «prudencia» que mantuvo en su carta, Solá dejó en claro los motivos del presidente de la entidad tradicional del agro.
«Nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de presecución por ideas científicas, políticas, religiosas, tecnológicas o las que fueran», sentenció Solá y le advirtió a Pino que «jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del otro».
El ex intengrante del directorio del Conicet, en diálogo con Radio Con Vos, marcó que se refería a la política desplegada por la Casa Rosada en el directorio del Conicet y ejemplificó con la respuesta a la pregunta 177 que dio el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su última visita al Senado en la que explicita que la evaluación a los investigadores del organismo condiciona que «sean pertinentes los temas que trabajen», o sea, «que se va a someter a una segunda evaluación de corte político».
«Algo parecido ocurrió en las últimas semana con algunos becarios y fue lo que me llevó a mí a señalar que estaba en desacuerdo con esos procedimiento y, evidentemente, eso no gustó. A alguien no le gustó y se canalizó de la manera que se canalizó», volvió a dejar en claro la tarea encargada por la Casa Rosada al presidente de la SRA.
En su carta, Solá también le recordó a Pino que, al momento de su nominación, desconocía la silla que las entidades del agronegocio tienen en el Directorio del Conicet y le citó un textual de cómo, normativamente, deben cumplir sus funciones: «Los miembros del directorio actuarán con independencia de criterio y no en representación de sus proponenete».
«Como usted podrá entender, con su fina inteligencia y sensibilidad, no tiene, ni puede tener, ningún tipo de cortapisas», le dedicó Solá a Pino y remantó: «Nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de presecución por ideas científicas, políticas, religiosas, tecnológicas o las que fueran».
Solá, en diálogo con Radio con Vos, también reivindicó su pasado como funcionario de la gestión de Carlos Menem y le recordó al Ejecutivo, que reivindica aquellos años, que entonces no existían persecusión ni condicionamientos ideológicos; más allá del alineamiento de mercado que las entidades del campo representan dentro del modelo de negocios que se ejecuta gobierno tras gobierno.
El ex integrante del directorio también apuntó contra la paralización de los proyectos que se llevaban adelante desde el organismo y puso como ejemplo la asociación entre la Socierdad Rural, el Conicet, la Universidad Nacional de La Plata y Asociación de Criadores «para transformar nuestro laboratorio de genética aplicada en un centro de análisi e investigación genómicas multiespecies, que lleve a consolidar el liderazgo argentino en selección genética a nivel latinoamericano».
«Espero que, rápidamente, y a través de sus interlocutores con el actual gobierno se retome aquel ritmo que había logrado imprimirle a la relación», le reclamó a Pino.