Fernando Luis Mengo no llegó a cumplir un año como jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). Salió eyectado antes entre acusaciones de que usaba los aviones para ir a visitar a su pareja y de supuestos casos de abuso o acoso contra integrantes de la Aeronáutica. En el mundo político escuchan con desconfianza las versiones que dio el ministro de Defensa, Luis Petri, y apuestan a una puja de poder dentro de las Fuerzas Armadas.
“Quiero felicitar al brigadier Mengo que a lo largo de su vida ha dedicado su vocación a la fuerza, para honrarla, para servirla y hoy, esa fuerza y esa conducción política delega esa confianza para que ejerza la principal autoridad de la FAA”. Con esas palabras elogiosas, Petri le tomó juramento a Mengo el 9 de enero pasado. El idilio no duró tanto, pese a que la Aeronáutica se convirtió en la joya de la corona para la administración de Javier Milei.
A las 13.15 del jueves, Petri compartió en su cuenta de la red social X un comunicado en el que informaba que había decidido el relevo de Mengo –algo que, en realidad, le corresponde al Presidente en calidad de comandante de las Fuerzas Armadas. Decía que había incurrido en un “uso indebido de aeronaves de la institución con fines particulares, lo que implica una grave violación de la normativa que rige el manejo de los bienes públicos y de las responsabilidades inherentes a su cargo”. Además, señalaba que había denuncias por presuntos hechos de acoso y/o abuso, los que calificaba como una “falla gravísima e inadmisible”.
En el comunicado, Petri anunciaba que había instruido el inicio de todas las acciones legales y administrativas. Por el momento, no se conoce que haya formulado alguna denuncia ante los tribunales.
A las horas de que se hizo pública la decisión, Petri dijo que Mengo habría hecho, al menos, 32 viajes que siempre tenían la ruta Buenos Aires-Paraná o viceversa. La explicación del ministro, en diálogo con Multiverso Fantino, fue que Mengo solía ir hacia Entre Ríos porque allí está destacada su pareja, que también integra la FAA.
Según Petri, en el Ministerio de Defensa contarían con los planes de vuelo –que indican cuándo se mueve el avión y con cuántas personas a bordo– pero no con los manifiestos de vuelo –que deben consignar quiénes son los tripulantes. “O lo usaba él o lo usaban familiares o allegados”, remarcó el radical mendocino.
Siempre de acuerdo con la versión de Petri, inicialmente los vuelos habrían salido del Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires. Pero después hubo una “interrupción de la frecuencia”. La hipótesis que dejó trascender el ministro de Defensa es que Mengo podría haber optado por salir desde Palomar para evitar las miradas. La investigación administrativa, de acuerdo con la información que suministró Petri, la estaría llevando a cabo el Estado Mayor Conjunto (EMC), que está a cargo de Xavier Isaac –otro hombre de la FAA.
“Sé que había mucha gente que lo estaba siguiendo por muchos viajes irregulares que hacía con los aviones”, contestó un militar que tuvo trato con Mengo ante una consulta de este diario.
La versión contrasta con lo que contó Petri: él dijo que se enteró de estas irregularidades y que tomó la decisión de apartarlo en el mismo día. Según el ministro de Defensa, quien le informó de la situación de Mengo fue el periodista Federico Teijeiro tras haber reunido información sobre los vuelos y sobre media docena de casos de presunto abuso.
Otras fuentes, conocedoras de cómo funcionan las cosas en el Ministerio de Defensa, minimizan el tema del uso de los aviones. “Todos los brigadieres hacen uso de los aviones. Son derechos adquiridos por costumbre. Si es ésta la causa, tendrían que pasar a retiro a todo el estado mayor de la FAA”, dice una fuente. Esta misma persona sostiene que, si la decisión se hubiese tomado por los casos de abuso, en general primero se sustancia una investigación previa.
En el Ministerio de Defensa circulan versiones de enfrentamientos entre Isaac y Mengo por los F-16 que Argentina compró a Dinamarca. Algunos hablan de una fuerte discusión entre ambos brigadieres hace más de un mes. De ser así, es ahora Isaac quien tiene la suerte de Mengo en sus manos.
Hay quienes también plantean suspicacias porque su relevo se comunicó en medio de la trifulca entre Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, abanderada de la familia militar. En las últimas horas, el Presidente optó por blanquear su ruptura con Villarruel. En una entrevista con La Nación+, Milei la acusó de ser parte de la «casta» –algo que también podría caberle a Mengo por el uso de los aviones de la FAA– y de no tener injerencia en el Gobierno. Si bien la dupla de La Libertad Avanza (LLA) llegó a la asunción distanciada –e incluso Villarruel no tuvo una silla para el discurso que su compañero de fórmula dio de espaldas al Congreso–, nunca se había exteriorizado de esta forma la ruptura.
Hay un antecedente que podría avalar esta teoría. Cuando el gobierno decidió en marzo correr de la Casa Militar a Alejandro Guglielmi –que venía desde el macrismo– lo hizo porque desconfiaba de él por algún vínculo con la presidenta del Senado. En la Casa Rosada señalaban que incluso Guglielmi le prestaba su oficina a Villarruel cuando todavía asistía a las reuniones de gabinete.