No podía ser de otra forma. El papa Francisco expresó también sus raíces argentinas a través de su pasión por el fútbol, deporte más popular del país. No solo solía mirar partidos, sino que profesó en más de una oportunidad su amor por San Lorenzo, club del que también era su hincha y socio más reconocido.
Nacido en el barrio porteño de Flores, recordaba sus visitas al Viejo Gasómetro para ver al equipo campeón del fútbol argentino de 1946. Además, era el socio número 88.235 y hasta compró metros cuadrados para colaborar con el retorno del estadio de San Lorenzo al predio de Av. La Plata. Francisco recitaba de memoria aquella formación de 1946, que contaba en sus filas al mentado “Trío de Oro”: Farro, Pontoni y Martino, ídolos de Bergoglio de su adolescencia.
“Un guardia suizo me pasa los resultados”, confesó, ya en el Vaticano, sobre la forma de seguir el andar deportivo de San Lorenzo.
El club lo despidió con un emotivo video. “Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre… Cuervo como sacerdote y Cardenal… Cuervo también como Papa…”, fue el posteo del club.
Las camisetas azulgranas en el Vaticano fueron una constante. De hecho, la del campeón de la Copa Libertadores de 2014 está expuesta al público en el museo de la Santa Sede. En aquella oportunidad, la dirigencia y el plantel fueron con la copa a Roma tras la obtención, en uno de los hechos más recordados de su vínculo con el club. “Ser de San Lorenzo es parte de mi identidad cultural”, dijo a la comitiva.
Su vínculo con San Lorenzo es previo a su papado. Es recordado cuando el 24 de mayo de 2011 presidió la misa de las Fiestas Patronales en la Capilla Padre Lorenzo Massa de la Ciudad Deportiva. “No los importamos de otro lado, se los pedimos a la Virgen. Nunca saquen a María Auxiliadora del Club porque es su madre. San Lorenzo nació en el Oratorio San Antonio bajo la protección de la Virgen”. Y le brotó el rasgo futbolero: “Siento una alegría enorme de celebrar esta misa viendo el estadio de San Lorenzo a través de los vidrios de la Capilla”.
En aquel momento hubo dos jugadores del club que recibieron la Confirmación de parte de quien sería el nuevo Papa. Uno de ellos hoy es campeón del mundo: Ángel Correa, aunque en aquel día ni siquiera había debutado en primera. El otro, Jonathan Pacheco.
En múltiples ocasiones, Francisco eligió diversos guiños para demostrarle al mundo su amor por San Lorenzo. Lo hizo con frases, con ocurrencias, emocionándose cada vez que le mencionaban al Club, cada vez que le regalaban una camiseta, cada vez que observaba esos colores que ama. “Y que gane San Lorenzo”, como dijo ya siendo Papa a un periodista argentino.
