Guillermo Francos admitió que el oficialismo padeció ayer una rotunda derrota en el Congreso y adelantó que el presidente Javier Milei vetará todas las leyes que se votaron en favor de la ciudadanía, la educación y la salud pública: “Todo lo que podamos vetar, lo vetaremos”, sentenció.
La reacción del jefe de Gabinete fue la ratificación del clima de impotencia que se vivió ayer en Casa Rosada y la Quinta de Olivos, cuando la Cámara de Diputados le dio un revés a cinco decretos presidenciales, dio luz verde a proyectos impulsados por los gobernadores, dio media sanción a la emergencia pediátrica (en el marco del conflicto en el Hospital Garrahan) y al financiamiento universitario.
“Perdimos todas”, admitió Francos durante una entrevista por una radio oficialista. Frente a esto, en nombre del Gobierno salió a amenazar con la única arma que le queda para su supervivencia: los unilaterales y arbitrarios vetos.
Los vetos listos
“Todo lo que podamos ventar lo vetaremos. Todavía Diputados tiene que tratar algunos temas que tienen media sanción del Senado y que podrán convertirlos en ley. Esos sí los podemos vetar”, dijo en referencia al proyecto de los gobernadores para modificar la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias y reformar los impuestos a los combustibles.
Además, intentó desacreditar cada una de las iniciativas aprobadas cuestionando el financiamiento y diciendo falsamente que su puesta en marcha alteraría el mentado “equilibrio fiscal” que pregona el oficialismo.
“Los recursos se obtienen bajando gastos, y eso es lo que venimos haciendo desde que asumimos”, afirmó y, como era de esperar, le echó la culpa de todo al “kirchnerismo” y a las elecciones legislativas de octubre.
“Estamos en una etapa preelectoral donde el kirchnerismo se aprovechó de la situación electoral para conseguir el apoyo de otros legisladores como el radicalismo o la Coalición Cívica y hacer un poco de demagogia”, lanzó.
«El Congreso quiere imponernos gasto público»
El funcionario aprovechó también para criticar duramente a los bloques que, en el legítimo ejercicio de la democracia y de la política, acompañaron las iniciativas de la oposición. “Votaron todos con el kirchnerismo. Casi todos los radicales, la Coalición Cívica, algunas fuerzas provinciales”, enumeró.
Frente a ese duro revés que ayer volvió a sacudir al oficialismo, el jefe de los ministros defendió el uso de las facultades delegadas por parte del Ejecutivo y acusó al Congreso de intentar revertir las reformas que se hicieron:
“Dentro de esas facultades delegadas desregulamos, suprimimos organismos, fusionamos. Eso es lo que la Cámara de Diputados quiere volver atrás. ¿Y qué va a generar? Más gastos, intentar romper el superávit fiscal que el Gobierno viene manteniendo desde que comenzó”, exageró.
Luego lanzó la serie de dudosas cifras con que el oficialismo intenta justificar el desguace del país y expresó que, en su opinión, “es imposible sacar a la Argentina del pozo si no recortamos el gasto público”.
“Si el Congreso quiere imponernos gasto público, va a costar mucho salir”, advirtió desconociendo uno de los roles que tiene el Poder Legislativo en el sistema republicano.