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El primer ministro polaco, Donald Tusk, formula una nueva «doctrina nacional basada en la fuerza» del ejército y de la economía nacional.
El Ejército polaco «debe ser capaz de repeler cualquier amenaza, provenga del este, del oeste, del sur; no importa», declaró el primer ministro de Polonia y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Que el ejército polaco sea «el más fuerte de la región» sería el primer pilar de la nueva doctrina nacional, que compartió este viernes durante las celebraciones por los mil años de la coronación del primer rey polaco, Boleslao el Valiente.
Curiosamente, la oficina del presidente del Gobierno borró del comunicado oficial del discurso de Tusk la mención a las direcciones de donde puede provenir un eventual peligro. Sin embargo, recoge la afirmación de que los polacos están «listos para crear el ejército más fuerte en esta parte del mundo» y que lo harán independientemente de las opiniones y sin decir «que sea imposible».
«El segundo pilar del poderío polaco es su economía, la más fuerte de la región», dijo Tusk, que aseguró que su país está apuntalando su posición entre los líderes absolutos del crecimiento económico en Europa. Puso a modo de ejemplo el «simbólico» índice récord de la Bolsa de Varsovia, que superó los 100.000 puntos el pasado jueves.
La posición política de Varsovia en la región y en Europa sería el tercer pilar, que el Gobierno de Tusk reforzará por medio de las alianzas internacionales y del impactante «milagro económico», de tal forma que el país deje pronto de pisar los talones a economías más grandes, como Alemania y Japón.
«La nueva doctrina nacional basada en la fuerza garantizará que Polonia nunca más quede indefensa», sintetizó el político, sin mencionar los gastos que implicará.
El pasado mes marzo, el presidente polaco, Andrzej Duda, instó a EE.UU. a transferir armas nucleares al territorio de su país como medida disuasoria. En respuesta, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, afirmó que le «sorprendería» si Donald Trump apoyara una mayor proliferación nuclear en Europa y llamó a «tener cuidado» con jugar «con las vidas del futuro de la civilización humana».