En el mundo de la minería, las finanzas y la economía global, hay una unidad de medida que aparece con frecuencia: La onza de oro. Pero qué significa exactamente y por qué su valor tiene tanta incidencia en decisiones empresariales y políticas.
Cuando se habla de una «onza de oro», se hace referencia a la onza troy, una unidad de peso utilizada tradicionalmente para metales preciosos. La onza troy equivale a 31,1035 gramos. Esta medida se utiliza en todo el mundo para cotizar el oro en los mercados internacionales. Es decir, que cuando se dice «el oro cotiza a tal cantidad de dólares la onza», se está hablando de ese peso específico.
Recientemente el oro alcanzó un máximo histórico por encima de los US$ 4300 por onza. El oro es considerado un activo refugio. En tiempos de incertidumbre económica, inflación o crisis geopolíticas, los inversores tienden a comprar oro porque mantiene su valor a lo largo del tiempo; esto hace que su precio suba cuando hay inestabilidad global.
Pero más allá de los mercados financieros, el precio del oro tiene un impacto directo en la minería, especialmente en provincias como San Juan, donde existen proyectos auríferos activos como Veladero o Gualcamayo.
¿Cómo influye en la minería?
1. Rentabilidad del proyecto: si el precio del oro sube, los márgenes de ganancia de las empresas mineras aumentan. Esto puede significar más inversión y los beneficios que trae aparejado en términos de empleo y recursos.
2. Decisiones de inversión: un precio alto puede acelerar la puesta en marcha de nuevos proyectos o la reactivación de minas que estaban en pausa. Un caso reciente es el de mina Casposo, en Calingasta, que vuelve a producir.
3. Ingresos para la provincia: a través de regalías un mayor valor del oro se traduce en más ingresos para el Estado, que pueden destinarse a acciones concretas que signifiquen beneficios para la población.
4. Fondo Minero y desarrollo local: en San Juan, parte de lo que genera la minería se canaliza a través de fondos específicos para obras en comunidades cercanas a los proyectos. Si el oro vale más, estos fondos también crecen. Un ejemplo del uso de estos fondos es el Fondo Minero para el Desarrollo de Comunidades, que se aplicó para la construcción de defensas y sistemas de drenaje en Calingasta para mitigar las crecidas en épocas de lluvias estivales.
Conocer qué es la onza de oro y cómo se determina su precio es fundamental para entender por qué ciertos proyectos avanzan, por qué se anuncian nuevas inversiones o por qué una mina puede extender su vida útil. En definitiva, es una variable que conecta los mercados globales con la realidad local de muchas comunidades.