La madrugada del pasado viernes Israel perpetró una serie de ataques contra Irán que, según Tel Aviv, tenían como objetivo instalaciones y altos dirigentes del Ejército, así como infraestructura y científicos relacionados con el programa nuclear de la República Islámica. En el pasado este programa ya fue una de las causas proclamadas para justificar la avalancha de sanciones occidentales contra Teherán, y también el principal objeto de largas negociaciones entre Irán y las mayores potencias mundiales.
El programa nuclear iraní comenzó en la década de 1950 con el apoyo de Estados Unidos y se amplió en la década de 1970 con planes para la construcción de reactores. Sin embargo, se suspendió tras la Revolución islámica de 1979, para reanudarse en secreto durante la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980. Ya en los 1990, Irán persiguió un ciclo completo de combustible nuclear y adquirió tecnología de centrifugado.
El programa nuclear iraní alarmó a parte de la comunidad internacional. Esta alarma hizo que se impusieran sanciones contra la República Islámica, algunas de las cuales se levantaron en 2015 tras la firma del Plan Integral de Acción Conjunta, que imponía límites estrictos al programa nuclear iraní. Ese acuerdo fue negociado entre Irán, Rusia, China, Francia, Alemania, el Reino Unido, la UE y Estados Unidos, pero se vio socavado por la retirada de Washington durante el primer mandato de Donald Trump en 2018.
¿Tiene Irán un programa de armas nucleares?
Las autoridades iraníes han asegurado en numerosas ocasiones que no tienen intenciones de crear armas nucleares, y que utilizan el uranio con fines médicos, científicos y energéticos. La ausencia de intenciones de fabricar armas nucleares se vio reforzada también por el acuerdo nuclear de 2015 y por las constantes inspecciones que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) lleva a cabo en las instalaciones nucleares iraníes.
El programa nuclear iraní tiene objetivos exclusivamente pacíficos, como la generación de energía, el desarrollo de la sanidad y la agricultura, la conservación de alimentos, la industria y la investigación científica.
La inexistencia de armas nucleares y la no intención de crearlas fueron también confirmadas por las constantes inspecciones del OIEA en todos los emplazamientos del programa nuclear iraní. En 20 años de inspecciones, los especialistas del organismo no han encontrado pruebas de que Irán quiera desarrollar armas atómicas.
El propio EE.UU. hace solo dos meses aseveró que considera que Irán no está desarrollando armas nucleares. «La comunidad de inteligencia sigue considerando que Irán no está construyendo un arma nuclear y que el líder supremo Jameneí no ha autorizado el programa de armas nucleares que suspendió en 2003″, manifestó la directora de Inteligencia Nacional de EE.UU., Tulsi Gabbard, el 25 de marzo.
¿Qué instalaciones integran el programa?
El programa nuclear de Irán incluye varios tipos de instalaciones, como plantas de enriquecimiento de uranio, reactores de investigación y conversión de uranio, además de una central nuclear y sitios de extracción de uranio.
Plantas de enriquecimiento de uranio
Irán tiene dos plantas de enriquecimiento de uranio. La primera se encuentra en la ciudad de Natanz, unos 250 kilómetros al sur de Teherán, y consiste en un complejo casi totalmente subterráneo. Las instalaciones incluyen tres plantas de enriquecimiento de uranio con una extensión de al menos 10 hectáreas. La planta de enriquecimiento de combustibles se encuentra ocho metros debajo de la superficie y está protegida por una coraza de hormigón armado de 2,5 metros cubierta con 22 metros de tierra.
La segunda planta está situada en Fordow, en la provincia de Qom, y tiene capacidad para albergar unas 3.000 centrifugadoras. Igual que la instalación en Natanz, la de Fordow se encuentra decenas de metros bajo la superficie.
Reactores de conversión e investigación del uranio
Irán ha construido tres plantas con reactores. El primero se encuentra en Isfahán, donde el uranio en bruto extraído de las minas se transforma en tetrafluoruro de uranio (UF4) y luego en hexafluoruro de uranio (UF6), un gas utilizado como combustible para las centrifugadoras. Además, en la planta también se fabrica combustible nuclear para el uso en centrales nucleares.
Otro centro de investigación se encuentra en Teherán y cuenta con un reactor que fue suministrado por Estados Unidos en 1967 para la producción de radioisótopos médicos.
La tercera instalación está cerca de la ciudad de Arak, en la provincia de Markazi. La construcción del reactor de investigación de agua pesada para esta planta fue interrumpida tras la suscripción del acuerdo de 2015, pero se ha reiniciado y la puesta en marcha del reactor está programada para 2026.
Central nuclear
La única central nuclear de Irán se ubica en la ciudad portuaria de Bushehr, en el sur del país. La instalación fue construida conjuntamente con Rusia y usa combustible nuclear ruso, que Moscú recupera cuando se gasta.
Minas de uranio
Se estima que Irán tiene grandes reservas de uranio, para cuya extracción construyó dos minas. Se trata de la mina de Saghand, con una capacidad de extracción de 50 toneladas de uranio al año, y la mina de Gchine, de menor tamaño y cerrada desde 2016, que podía proporcionar anualmente alrededor de 21 toneladas de uranio. Existen también otras minas más pequeñas.
Centros de investigación
Irán también cuenta con numerosos centros de investigación. Por ejemplo, la ciudad de Yazd alberga el Departamento de Investigación Nuclear, que se dedica a la exploración geológica e investiga los electrones y rayos X de un acelerador de electrones para el cultivo de alimentos y fines médicos. En Bonab se encuentra el Centro de Investigación de la Energía Atómica, que se ocupa de la investigación aplicada en el campo de la agricultura. El mayor centro de investigación nuclear, sin embargo, es el de Isfahán, en el que trabajan unos 3.000 especialistas.
Crítica del programa nuclear iraní
Irán no posee actualmente armas nucleares. Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018, en virtud del cual Teherán limitaba su enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de las sanciones, la República Islámica ha vuelto a aumentar su tasa de enriquecimiento, alcanzando el 60 %. Esta tasa de enriquecimiento de uranio se acerca al 90 % necesario para construir armas nucleares, lo que preocupa a los países occidentales, pese a que las autoridades iraníes han asegurado que no tienen planes de fabricar este tipo de armamento.
Sabotaje del programa nuclear iraní
Mientras los países occidentales condenan el programa, Israel ha cometido diversos actos de sabotaje en un intento de socavar el desarrollo del proyecto iraní. Desde 2010, los servicios de inteligencia israelíes han llevado a cabo sabotajes, ataques y ciberataques contra instalaciones del programa nuclear iraní, además de asesinar a físicos nucleares de la nación persa. En sus ataques, que comenzaron la noche de este jueves a viernes, Israel también atacó instalaciones del programa nuclear e informó del asesinato de al menos nueve científicos iraníes.