Ander Herrera a Boca, Gonzalo Montiel a River, Luis Juez y Diego Valenzuela a La Libertad Avanza (LLA). De forma anticipada se abrió el mercado de pases de la política y en épocas de vacas flacas solo el oficialismo parece abrir la billetera. Es el PRO, en este caso, el partido al que se le van los players en libertad (valga la redundancia) de acción.
Ni Herrera ni Montiel declararon acerca de contrato, prima, premios, etcétera. Hicieron mención, sí, al entusiasmo que les genera el proyecto de sus nuevos clubes. Lo mismo vale para Juez, Valenzuela y otros dirigentes que ya hicieron uso de la garrocha. Se sienten atraídos, dijeron, de las ideas libertarias y del rumbo de país que propone el faro mileísta. Se unen a la lucha contra la casta y el populismo, nobles de espíritu. Tabla rasa y adelante. El barco violeta abrió las puertas y tiene lugar de sobra.
Con la economía estable, Javier Milei estira su buen momento. La inflación se mantiene en niveles bajos y, tal vez, pronto dejará de ser noticia. Es lo que ocurre en un país “normal”, si ese calificativo pudiera aplicarse a un país. El Indec ya tiene el nuevo indicador, que mide una canasta más cercana a los consumos de esta época, pero la política marcará los tiempos de su implementación. Según dicen en el organismo estadístico, el nuevo método daría un 0,3% arriba del guarismo que se viene difundiendo. Y, claro está, no conviene por el momento. Más allá de que es necesaria una serie de doce meses para no comparar peras con batatas, una cosa es 2,7% y otra cosa es 3%.
En cada dato que difunden los sofistas del Gobierno hay asteriscos y peros por doquier, aunque el dólar planchado y un leve rebote del consumo le dan tranquilidad a Milei. Esa tranquilidad será aún mayor en los próximos tiempos, cuando las comparativas interanuales reflejen cifras de crecimiento espectacular. Lo mencionaba a este medio un miembro del gabinete: los próximos meses los datos de consumo se cotejarán contra los del inicio de 2024, los del desplome de la actividad. Gráficos a pedir del Gobierno, aunque sean relativos.
Por eso, entienden en el oficialismo que es momento de acelerar en el armado electoral. De completar la tarea de vaciar al PRO; tarea que comenzó con el inicio de la gestión, con el pase tempranero de Patricia Bullrich. “Todo indica que vamos a ganar las elecciones, pero lo más importante es el armado de listas. Para salir fortalecidos en diciembre no podemos tener Arrietas”, señalaban desde la Casa Rosada días atrás. La referencia es la diputada mendocina Lourdes Arrieta, quien se alejó del bloque de LLA en medio de un escándalo.
Un optimismo que también reflejó la encuesta de líderes de Poliarquía. El círculo rojo aprueba la gestión de Milei en un 72% de los casos consultados. El 92%, además, cree que LLA ganará las elecciones. Claro que a las urnas no solo van los miembros de ese círculo.
Pases cerrados y negociaciones en danza
La caza de dirigentes amarillos cortó el clima vacacional de la política. Ni siquiera el llamado a extraordinarias, que en efecto está todavía en veremos, sacudió reposeras como los saltos de bando de los últimos días, con especulaciones de lo que está por venir. “Cerramos dos intendentes, pero se vienen muchos más”, expresaron a este medio desde LLA bonaerense, espacio que comanda Sebastián Pareja.
Como informó este medio, la flamante liga de intendentes libertarios podría nutrirse en breve con otros hombres. Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), Santiago Passaglia (San Nicolás) o Ramón Lanús (San Isidro) son quienes están más cerca de cruzar de vereda. La intención es bajarle el precio al máximo posible a Mauricio Macri para el momento en que tenga que sentarse a negociar con Milei. Así lo expresaron dirigentes cercanos a Patricia Bullirch, quien tiene sus propias cuitas con Macri. Dicen quienes conocen a la ministra, que anhela más ver hundido al expresidente que lograr otras cucardas en su carrera política. Aun cuando en LLA esperan resguardarla en la pulseada 2025 para llevarla como candidata recién en 2027.
“Hoy estamos más cerca de la competencia”, es el análisis de un macrista pura cepa, que entiende la relación Macri-Milei como el Juego de la Oca, con avances y retrocesos. La afrenta y el operativo seducción a los suyos podrían obligar al expresidente a marcar distancia definitiva, incluso como candidato (la Ciudad apareció en la semana llena de pasacalles con la leyenda “Mauricio 2025”), antes que a negociar tan a la baja. Supervivencia elemental, tras una serie de errores de cálculo que moldearon el vínculo con los libertarios en el año y pico de gestión, y que llevaron al PRO a una situación más endeble.
La jugada de LLA, a cargo en el vértice de Karina Milei y de Martín Menem, es cooptar otros dirigentes de peso. Diego Santilli, quien se ofrece como prenda de unidad en la provincia con ascendencia sobre un quinteto de intendentes, y Cristian Ritondo. Éste último, incluso, mantuvo conversaciones subterráneas. Una prueba llegó en diciembre, cuando libertarios de la primera hora con cargos en seccionales bonaerenses de Anses recibieron telegramas de despidos, sorpresivos, y fueron reemplazados por personas del armado de Ritondo.
Tampoco fue casual la foto del gobernador chubutense Ignacio Torres con Luis Caputo el viernes, cuando sellaron el acuerdo por compensación de deudas con Nación. Torres está en la misma sintonía que Montenegro, dijeron desde la provincia. Mientras que Rogelio Frigerio busca tomar distancia de la interna. Ambos se quejaron por el comunicado del PRO que cuestionó a Milei por no incluir el Presupuesto en extraordinarias. Se enteraron una vez publicado y, además, no avalaron el contenido: ni “visión autoritaria” ni “falta de vocación de diálogo”. Intentan despegarse, fundamentalmente, de Jorge Macri, quien incomodó a LLA con el desdoblamiento de los comicios porteños y mantiene disputas dialécticas, como lo fue la respuesta de Uspallata a Nación por el pedido de postergar el inicio de las clases en la Ciudad para favorecer el turismo.
Otra intendencia que podría pintarse pronto de violeta es Capitán Sarmiento. Su jefa municipal, Fernanda Astorino, reporta a Bullrich al igual que Valenzuela, de Tres de Febrero, quien oficializó esta semana su traspaso al oficialismo, al igual que Ramiro Egüen, de 25 de mayo.
Las pérdidas en la provincia de Buenos Aires no alejan a Macri de la visión de que se trata de 24 elecciones y no de una sola. El PRO tiene más estructura en numerosas provincias, y, como en el TEG, la debilidad en el principal distrito del país puede compensarse si logra sostener fichas en otros.
Ante esa situación, LLA no salió en este mercado de pases solo en búsqueda de amarillos. Los radicales amigables, que se alejaron de la UCR para votar con el oficialismo en Diputados, se postulan para futuros frentes. También los gobernadores de sellos locales negocian con el oficialismo esquemas que le permitan hacer valer el negocio “provincialista”. Es decir, blindar el pago chico y colaborar en el grande.
Incluso algunos peronistas conversadores tienden puentes con la Casa Rosada. La interna entre el kirchnerismo y Axel Kicillof parece recrudecer a medida que corren los plazos electorales. Es elocuente la entrevista que Andrés Larroque dio a Ámbito, publicada este sábado. Quienes esperaban un desenlace rápido ya se corren de la escena. Basta con observar el silencio de los gobernadores que hasta hace no mucho estaban plantados enfrente del Gobierno con declaraciones cada semana. En la Casa Rosada no ven lejos un acuerdo también con algún mandatario de esas filas.
