
La otra conclusión que asoma es que la línea divisoria de la política sigue siendo, como en los últimos veinte años, el kirchnerismo. Tal vez, lo curioso es que quienes más intentan realzarlo son los opositores, mientras, en paralelo, en las entrañas del PJ se discute el liderazgo de Cristina como nunca antes. Tanto Manuel Adorni (La Libertad Avanza –LLA-) como Silvia Lospennato (PRO) gastaron el término en los escasos minutos de intervención. Está claro, ambos comparten resultados de focus group y de sondeos de opinión, los cuales sostienen entre sus conclusiones que, en especial en la Ciudad, es negocio ser la opción “anti K” y, de paso, revestir de kirchnerista a Leandro Santoro. Este último quedó en la incómoda posición de no poder, por cortesía hacia adentro, negar eso que se achaca como si fuera un pecado.
El abuso del término “kirchnerismo” en el debate sonó ficticio. El frente del peronismo se despegó en nombres y colores. Cambió el celeste por el verde y las palabras claves “unión” o “todos” por una nomenclatura más naif: Es Ahora Buenos Aires. Santoro luce más moderado que sus compañeros de La Cámpora y hasta tiene raíces en el radicalismo.
Ámbito consultó a uno de los 17 candidatos, que se define cerca de los libertarios en lo económico, aunque cuestiona muchas de las formas de LLA en el resto de las áreas. Yamil Santoro, de Unión Porteña Libertaria, de buen vínculo también con el PRO. “Leandro Santoro está en un espacio cuya jefa es Cristina Kirchner, por eso se lo puede definir como kirchnerista”, dijo el actual legislador porteño. Una explicación plausible.
No obstante, parecía que sus contrincantes, antes que marcar una cuestión de verticalismos partidarios o jefaturas, intentaban lanzarle a Santoro una especie de estigma para espantarle electorado. No es una novedad, en la gestión de Cambiemos se intentó lo mismo. Sostener a Cristina Kirchner como un fantasma al acecho. En pleno auge de Mauricio Macri, un dirigente de la primera línea de esa alianza decía: si Cristina llegaba a dejar este mundo, su obligación era resucitarla. El resultado de ese proceso es conocido, parte del camino que llevó a Milei.
Ahora los tiempos cambiaron, pero la ecuación que hacen los oficialismo nacional y porteño sigue siendo la misma. Una prueba llegará este miércoles en el Senado, cuando arribe el proyecto Ficha Limpia que podría correr a la expresidenta de la cancha para octubre. ¿Tiene LLA voluntad de avanzar con ese proyecto? Hay dudas. Una señal: en Casa Rosada deslizaron que “no están los números” para sancionarlo, aunque en el Congreso el poroteo marca que hay aval para esa iniciativa.
La sesión de Ficha Limpia será tratada también en clave campaña porteña y podrá exhibir nuevas fracturas entre LLA y el PRO, en momentos de negociaciones en pausa. Los resultados electorales de los próximos dos domingos serán las cartas para volver a sentarse en la mesa, con foco en una posible sociedad en la provincia de Buenos Aires.
El peronismo en su laberinto
No solo remarcar la línea divisoria con el kirchnerismo le paga bien al PRO y a LLA. Despegarse de Cristina Kirchner pasó a ser una opción también para parte del peronismo, que se anima a marcar diferencias. Axel Kicillof creció en imagen desde que tomó distancia, dicen en La Plata; distancia que se acrecentará el 24 de mayo, cuando lance su propio espacio, alejado de La Cámpora. El Movimiento Derecho al Futuro será una muestra de músculo político con intendentes y gremios, pero también un posible refugio para el gobernador si la tensión con La Cámpora implica una ruptura. Una ruptura que no obstante nadie desea.
Una encuesta de la consultora Sentimientos Públicos exhibe el riesgo de un quiebre. Si el peronismo no alcanzara una unidad, La Libertad Avanza ganaría en la provincia de Buenos Aires, sin siquiera necesitar del PRO. La intención de voto de los libertarios está en el orden del 31, contra un 21% del peronismo “kicillofista” (si existiera el término) y 17% del kirchnerismo. El macrismo ostenta en esa medición un 7%. Con lo cual, puede terminar siendo el árbitro de la contienda.
No en vano, en su reaparición en la Fundación Encuentro, Sergio Massa, bregó por la unidad. “La reconstrucción es con unidad, con espacios de discusión plural que piensen el desarrollo del país de manera federal”, dijo. El líder del Frente Renovador tiende puentes entre ambos sectores, si bien en caso de que las posiciones sean inflexibles termina apoyando la postura cristinista. Se vio en la discusión por el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses.
El escenario también lo analiza el Instituto Patria, donde ven que las nuevas olas no son tan nuevas. El espejo es el gobierno de Cambiemos, que también asomó como la nueva política y un espacio innovador que llegaba para romper con el bipartidismo. Por caso, para el mismo lapso de gestión, Mauricio Macri tenía mejor imagen que Javier Milei. Lo reflejó esta semana el indicador de confianza de la Universidad Torcuato Di Tella: para la misma cantidad de meses en el sillón de Rivadavia, Milei está mejor que Alberto Fernández, pero peor que Mauricio Macri. Y, en cuanto a la tendencia, el actual Presidente está en caída, según otro relevamiento, el de Management and Fit, aunque sigue siendo el político mejor valorado. No obstante, las curvas ya se cruzaron: son más los que desaprueban que los que aprueban a la administración libertaria.
En ese contexto, Cristina Kirchner recuerda que aun con tensión puertas adentro, la forma de ganarle no solo a Mauricio Macri, sino también a María Eugenia Vidal, fue con cohesión del espacio. Con todos adentro. El famoso “con Cristina no alcanza, sin Cristina no se puede”. No es casual que en su mensaje por el Día del Trabajador haya manifestado: «Es más necesario que nunca mantenernos unidos».
La muestra de distancia con Cristina no es solo bonaerense. El gobernador riojano Ricardo Quintela, lejos de una retirada tras la fallida interna del PJ, lleva su línea “Federales” a las provincias. La semana pasada su vice, Teresita Madera, llevó la prédica a Tucumán. También en el norte, donde el partido está intervenido en Salta y Jujuy, asoman desafíos que cuestionan al kirchnerismo. En la última provincia, fue elocuente la entrevista con Ámbito que realizó la senadora nacional Carolina Moisés, referente del peronismo no K y con frente propio para el 11 de mayo. Moisés aseveró que La Cámpora “es destructiva” y cuestionó la forma de liderazgo de Cristina “desde a imposición”. Los gobernadores del PJ, en general, se refugian en sus pagos y no dan hurras a la presidenta del partido.
Desde ya, la provincia de Buenos Aires es una caja de resonancia de otra magnitud. Los pasacalles “Cristina 2025” en el conurbano ponen en alerta a Kicillof, en una pulseada que escala y afloja, de a tramos, y donde al no haber PASO en la provincia todo se reducirá al control de la lapicera. Hubo en estos días acusaciones camporistas a La Plata y Avellaneda por un operativo de control de tránsito que detuvo a una camioneta con gráfica de campaña de Cristina. Pero también agradecimientos a Kicillof de intendentes K de Quilmes, Merlo y Malvinas Argentinas por la condonación de deudas municipales. Aunque, en el entorno de Kicillof lo leyeron más como una extorsión, ya que la condonación de la deuda cercana a los $8.000 millones en rigor no pasó todavía por la Legislatura. “Es como que te agradezcan por redes un regalo que no diste”, expresaban en la ciudad de las diagonales.
Los neutrales observan que puede haber una situación de equilibrio hasta las elecciones de octubre. Luego, empezará otra historia, cuando se ponga en marcha la carrera hacia 2027.
Movimientos en el Congreso
Si Ficha Limpia será en el Congreso otra muestra de encendidos discursos que pondrán otra vez al kirchnerismo en el centro de la escena, empiezan a haber movimientos visibles donde el parteaguas no es Cristina, sino Milei.
Las sesiones en Diputados que habilitaron la comisión investigadora por la estafa $LIBRA, con una cadena de responsabilidades que apuntan al Presidente, reflejaron que hay espacios que no se inmutan de ser acusados de “kirchneristas” por votar en la misma dirección que Unión por la Patria. Entienden que comparten un rol de opositores con el peronismo y que esa oposición es a La Libertad Avanza. A Milei. La salida esta semana de Franco Mogetta de la secretaría de Transporte es un pase de factura al cordobesismo de Juan Schiaretti y el gobernador Martín Llaryora por dar vía libre a sus diputados para que apoyen la comisión investigadora. Es decir, por salir del eje maniqueo de la política argentina, en el que insisten los libertarios.
Un método que no es nuevo, ya en el inicio de su gestión, Milei había despedido a la secretaria de Energía, Flavia Royón, y al titular de la Anses, Osvaldo Giordano, porque los gobernadores de Salta (Gustavo Sáenz) y de Córdoba, habían titubeado con la Ley Bases.
Si las mayorías se rearman con otra lógica, pueden ser un dolor de cabeza para Milei en el Congreso en un año electoral. Reformas jubilatorias, actualización de haberes y de pensiones pueden poner en aprietos el frente fiscal. Como el año pasado, cuando Milei construyó el tercio de los héroes en Diputados, que funcionó como un dique para sostener los vetos a los proyectos que no avalaba.