Este miércoles, el bloque de La Libertad Avanza en Diputados sufrió un cimbronazo: cuatro diputados decidieron separarse y formar un nuevo espacio, al que llamaron «Coherencia». Más que un gesto de independencia, la movida busca marcar distancia de la conducción que maneja Martín Menem dentro del bloque. La ruptura deja al descubierto las tensiones internas de LLA y evidencia que, detrás de las formalidades, la lealtad al partido y a sus liderazgos está en duda.
Los cuatro diputados que se separaron del bloque de La Libertad Avanza son Marcela Pagano (Buenos Aires), Carlos D’Alessandro (San Luis), Gerardo González (Formosa) y Lourdes Arrieta (Mendoza).
Según comunicaron, su objetivo es trabajar “unidos, con responsabilidad, manteniendo la coherencia y recuperando el valor de la palabra”. La ruptura deja a La Libertad Avanza con 36 diputados bajo la conducción de Gabriel Bornoroni, mientras que el nuevo bloque, con fuerte impronta libertaria, buscará marcar agenda propia.
El quiebre se hizo evidente en la sesión de este miércoles: Pagano, Arrieta y D’Alessandro votaron en contra del veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad, mientras que González se alineó con la posición de Milei y votó a favor de mantenerlo. La participación diferenciada de los legisladores muestra que la separación no es solo simbólica, sino que también tiene consecuencias políticas concretas.
Conflictos internos en La Libertad Avanza: cómo se gestó la ruptura en Diputados
La fractura en La Libertad Avanza no surge de la nada; las rispideces se fueron consolidando a lo largo de las semanas, con diferencias privadas que terminaron haciéndose públicas. El cierre de listas provocó un escándalo político cuando Carlos D’Alessandro se enfrentó a Karina Milei por la designación de Mónica Becerra, exministra del gobernador puntano, como cabeza de la lista local.
Este conflicto anticipó lo que hoy se refleja en el Congreso: las dificultades para mantener la unidad en un espacio donde los intereses provinciales y la estrategia nacional chocan constantemente.
Lourdes Arrieta, por su parte, acumulaba un historial de tensiones dentro del bloque. Su participación en la visita a represores en Ezeiza y sus críticas públicas a Martín Menem –por la conducción del Congreso–, junto con roces frecuentes con colegas, consolidaron su decisión de separarse.
La diputada Marcela Pagano también tuvo conflictos con Menem: en marzo lo calificó de “fascista” y lo acusó de presionarla para renunciar a la presidencia de la comisión de Juicio Político. La tensión escaló cuando la legisladora del Frente de Izquierda Vanina Biasi intentó difundir audios de WhatsApp que supuestamente mostraban a Menem convocando al bloque libertario a “gritar” durante la sesión que debatía el DNU del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A esto se suman los cruces cotidianos de Pagano con la excéntrica legisladora Lilia Lemoine.
La creación del bloque “Coherencia” plantea un escenario complejo para La Libertad Avanza. Más allá del número de diputados, el desafío real para Milei será sostener el relato de unidad mientras crecen las voces internas que cuestionan la estrategia oficial y buscan proyectar un espacio «independiente».