El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, declaró que espera hablar en un futuro cercano con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, también sobre las tensiones en torno a Venezuela tras el inédito despliegue militar de Washington en el Caribe, acción tildada por Caracas como agresión en su contra, así como los ataques contra presuntas narcolanchas en ese mar y en el océano Pacífico.
«De momento no está ocurriendo nada, pero veo el interés de Estados Unidos por Venezuela«, afirmó el mandatario bielorruso en una entrevista con el canal estadounidense Newsmax TV. Además, dijo comprender en gran medida la postura de Trump.
«Entiendo a Trump en muchos aspectos, porque Venezuela está cerca, igual que Ucrania está cerca de Rusia», dijo Lukashenko. Pero, según el líder bielorruso, todas las aspiraciones de la potencia norteamericana respecto a Venezuela pueden resolverse hoy «absolutamente por la vía pacífica».
En ese contexto, afirmó que confía en poder abordar el tema con Trump próximamente, y añadió que tiene «muchas cosas interesantes» que decirle. Lukashenko advirtió que «la guerra no llevará a nada» y recordó que «ayer se lo dije al [enviado de Trump] John Cole: sería un segundo Vietnam». «¿Lo necesitan? No, no lo necesitan. Por eso, no hace falta combatir allí, porque es posible llegar a un acuerdo», subrayó el presidente del país eslavo.
La agresión de EE.UU. en el Caribe, en síntesis
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Despliegue militar: desde el pasado mes de agosto, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la operación Lanza del Sur, con el propósito oficial de «eliminar a los narcoterroristas» del hemisferio occidental y «proteger» a EE.UU. «de las drogas que están matando» a sus ciudadanos. Asimismo, Trump ha afirmado que, a estos efectos, en breve lanzará agresiones «en tierra».
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Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de 80 personas muertas y sin pruebas de que realmente traficaran con estupefacientes.
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Asalto a buque petrolero: en una escalada de las acciones violentas de EE.UU. en la región, militares estadounidenses asaltaron un buque petrolero frente a las costas venezolanas. Caracas catalogó el hecho como un «robo descarado» y un «acto de piratería internacional». El presidente venezolano, Nicolás Maduro, tachó la situación de «acto absolutamente criminal e ilegal» y acusó a la Casa Blanca de actuar «como piratas del Caribe contra una nave mercantil, comercial, civil, privada, una nave de paz».
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Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado al mandatario venezolano, sin presentar evidencias, de liderar un cártel del narcotráfico y duplicó la recompensa por su captura.
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Postura de Caracas: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un «cambio de régimen» para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasíferas de Venezuela. «Se les cayó la máscara, el narcotráfico es ‘fake news’: es el petróleo, que se lo quieren robar«, expresó tras el asalto al tanquero con crudo venezolano en aguas caribeñas.
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Falta de sustento: la ONU y la propia DEA precisan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia suelo estadounidense, ya que más del 80 % de las drogas utilizan la vía del Pacífico.
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Condena internacional: Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques contra embarcaciones como «ejecuciones sumarias» que violan el derecho internacional.
