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El postre se ha conservado 77 años desde el día de la boda, celebrada el 20 de noviembre de 1947.
Un trozo del pastel de bodas de la Reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo fue subastado esta semana por más de 3.000 dólares. El pedazo, con sabor a frutas con alcohol, fue parte de los 11 pasteles nupciales reales que se repartieron, a razón de unas 2.000 porciones, entre los invitados en el Palacio de Buckingham.
Aunque el precio de salida del postre fue de 650 dólares, el cruce de pujas en la casa de subastas Reeman Dansie (Reino Unido), acabó casi quintuplicando su valor.
Un comprador chino llamó por teléfono y compró el artículo con un precio de remate de 2.800 dólares, que, sumando los honorarios de los subastadores, ascendió a 3.700 dólares, recoge The Times.
El postre, que se ha conservado 77 años desde el día de la boda real, celebrada el 20 de noviembre de 1947, fue encontrado en una maleta debajo de una cama con el embalaje original.
La reina Isabel lo había enviado a Marion Polson, ama de llaves del Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo, entre 1931 y 1969, con una carta firmada de su puño y letra, según detalló Reeman Dansie.
El experto real de la casa de subastas, James Grinter, dijo a la BBC que el paquete era «una pieza muy rara, una cápsula del tiempo«.
Asimismo, precisó que el pastel original era de gran tamaño, ocupando ·media habitación». Tal y como se aprecia en las fotografías de la época, el postre, que medía 2,7 metros de alto, constaba de cuatro niveles.
¿Qué decía la carta?
«Mi esposo y yo estamos profundamente conmovidos al saber que usted participó en darnos un regalo de bodas tan encantador«, escribió la reina Isabel a su ama de llaves, en relación a un servicio de postres. «Sé que las diferentes flores y el hermoso colorido serán muy admirados por todos quienes que lo vean», añadió.
El pastel y la carta escrita por la reina Isabel, fueron guardados hasta la muerte de Polson en la década de 1980. Tras el descubrimiento del trozo de pastel, de 4×3 pulgadas, la familia escocesa de Polson se puso en contacto con los subastadores a principios de año para venderlo al mejor postor.