
1995. Tucumán. El genocida Antonio Domingo Bussi ganaba las elecciones para gobernador. Al mismo tiempo aparecía nacionalmente una organización de changuites de menos de 20 años que le iban a dar pelea a la impunidad y aire al movimiento de derechos humanos: H.I.J.O.S.
Aquí en realidad, y por ese monstruo rondando nuestras cabezas, ya les hijes veníamos juntándonos desde el 93. Éramos muy chiquites. Nos contamos nuestros mayores dolores, los miedos, los odios… y mientras más contábamos más queríamos hacer algo para matar esa impunidad que nos ocultaba y nos aplastaba. Y, cuando apareció la red nacional, nos sumamos sin dudarlo.
Sólo así, con todes aquí en Tucumán, logramos hacer en 1998 un histórico escrache al asesino devenido gobernador.
Armar el rompecabezas de nuestra historia fue entender la lucha de nuestros viejos, reivindicar la militancia que construyeron para pelear contra el modelo político y económico que seguimos viendo aparecer una y otra vez. Fue sentir orgullo por esa lucha y entendernos también como parte de esa historia porque en los 90 no éramos sólo hijes marginados socialmente por nuestra historia personal, sino que éramos jóvenes sin posibilidades de trabajo o estudio, con esa propia realidad para cambiar.
Bien o mal, histórico o no, hicimos. Aprendimos desde cero, tuvimos miedo, pero lo enfrentamos, descubrimos que construir colectivamente no era una frase hecha y que llevaba un laburo tremendo pero posible.
No son sólo personas con las que compartí una organización. Fueron y son el hogar que me cobijó en cualquier rincón del país, el sostén para criar a mi hijo, el porrón al hielo cuando más apretaba la tristeza, el humor negro más crudo y sanador del universo, el abrazo que tuve cuando más lo necesité.
Gracias a cada compañera y compañero con los que aprendimos qué era el consenso, cómo generar a los referentes de abajo para arriba, qué quería decir pensar en el colectivo antes que en cada une, cómo decir en la cara lo que se pensaba y en qué se disentía y después poder ir a tomar porrones todes juntes.
Hoy celebro la organización en la que me formé rescatando la rebeldía de armar el espacio que nos represente sin esperar que alguien nos diga qué hacer.
Salud HIJOS, salud a los sueños que subvierten el horror!!
* Militante de Hijos Tucumán hasta 2010, trabajadora estatal despedida en 2024 del Espacio para la Memoria La Escuelita de Famaillá