El diario inglés The Guardian, uno de los más prestigiosos del Reino Unido y vocero del progresismo, criticó con dureza al presidente Javier Milei en un editorial. La visión de The Guardian sobre el año de austeridad en Argentina: recortes dolorosos, pobreza creciente y una apuesta geopolítica se titula el texto, que en la bajada señala lo siguiente: «En sus primeros 12 meses, Javier Milei ha impuesto medidas económicas drásticas, lo que ha provocado protestas mientras apuesta por un rescate del FMI».
El editorial destaca que Milei fue «el primer líder extranjero que se reunió con Donald Trump después de su victoria en noviembre pasado» y que «la afinidad es obvia: ambos son outsiders políticos unidos por una retórica de extrema derecha y una inclinación por el capitalismo anárquico».
The Guardian señala que el expanelista de Intratables «prometió una guerra contra los burócratas, brutales recortes del gasto público y una amplia desregulación de la segunda economía más grande de América del Sur» y que «como era de esperar, el resultado ha sido devastador: una recesión sumió a más de la mitad del país en la pobreza en los primeros seis meses de 2024″.
Más adelante, subraya que «Milei no ganó las últimas elecciones sino que el gobierno anterior las perdió», al recordar la inflación promedio del ocho por ciento mensual en octubre de 2023. «Después de su victoria, la inflación mensual se disparó al 25 por ciento antes de volver a caer por debajo del 3 por ciento en noviembre», afirma el editorial, que explica el salto inflacionario.
«Como devoto de Milton Friedman, Milei podría afirmar que sus recortes en el sector público fueron dolorosos pero necesarios. Esto está lejos de la verdad. La realidad, como señala el economista Matías Vernengo, es que Milei devaluó el peso, provocando un aumento en los precios internos mientras utilizaba controles cambiarios para contener mayores presiones inflacionarias».
También comenta las contradicciones del primer gobierno de extrema derecha de la historia constitucional argentina: «La ironía de desplegar la intervención estatal mientras se defiende el libre mercado pasa desapercibida para los argentinos que luchan por sobrevivir», debido a que «ha habido un costo social muy alto asociado al programa de austeridad» del Gobierno «de recortar servicios y empleos».
Se señala que «la caída de los salarios reales ha dejado a muchos sin poder pagar un seguro médico, lo que ha presionado aún más a los hospitales públicos que carecen de fondos suficientes» y que «la economía se está recuperando tentativamente de la terapia de shock de Milei. Pero es probable que haya más disturbios si las condiciones de vida no mejoran».
En otro párrafo, destaca que «la capacidad de Milei para prevenir una reacción depende de factores externos», debido a que, tras el préstamo de 44 mil millones de dólares del FMI en 2018 «está buscando fondos adicionales para aliviar los controles cambiarios sin provocar una liquidación del peso». Si eso pasara, «un escenario así podría reavivar la inflación y dañar la popularidad de Milei antes de elecciones clave para el Congreso», mientras que «el FMI sigue desconfiando de que sus dólares se utilicen para apuntalar el peso, una táctica utilizada anteriormente por Argentina».
El país, desde 2018, recuerda The Guardian, «ha dependido de los rescates del FMI y, cada vez más, de los préstamos de Beijing, convirtiéndose en el mayor receptor de fondos comerciales chinos de América Latina». Esto último Esta «plantea un desafío geopolítico, con presión de Trump para retirarse de China, una medida que a Milei podría resultarle difícil resistirse».
En el final, manifiesta que «las políticas de Milei han infligido un dolor significativo con pocos beneficios visibles», con una inflación del 160 por ciento en su primer años de gestión. «En lugar de representar una ruptura con el pasado, la agenda de Milei se hace eco de las de administraciones de derecha anteriores, cuyos miembros ahora forman parte de su gabinete», remarca el diario.
El editorial cierra así: «Como observó el historiador económico Michael Bernstein, ‘laissez-faire’ a menudo se traduce como ‘laissez-nous faire’: dejar que los intereses corporativos operen con una supervisión mínima. Estas políticas podrían enriquecer a unos pocos elegidos en Argentina –o en la América trumpiana–, pero para la mayoría conducen a mayores dificultades y desigualdad. La apuesta de Milei es que puede engañar a suficientes personas para que dejen que el desorden lo limpie su sucesor. Es una apuesta cínica y miope que descuida la necesidad de reformas significativas en Argentina».