Este lunes la Libertad Avanza estuvo de fiesta. No sólo porque la noche anterior salieron primeros en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires –en la que votó solo el 53 por ciento del padrón–, sino porque, además, el PRO quedó tercero con la mitad de los votos que ellos. Eso, consideran, les servirá para terminar de imponer a sus aliados de derecha las condiciones que ellos quieran en el armado en la provincia de Buenos Aires. El presidente Javier Milei, eufórico, salió la mañana siguiente a hacer declaraciones y lo jubiló: «Macri debe entender que su momento pasó», dijo. Además, calificó al expresidente como «un llorón que parece un chico de cristal».
En Casa Rosada, laderos del Presidente aseguran que desde el domingo intercambiaron mensajes y llamadas con el diputado y armador amarillo en provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo. A él, Macri lo hizo subir al escenario la noche de la derrota y pararse al lado de María Eugenia Vidal. Incómodo, el diputado del PRO miraba su teléfono y esbozaba tímidas sonrisas. Durante los últimos meses, él protagonizó distintas fotos en Balcarce 50 sentado al lado de Karina Milei y de sus armadores: Eduardo «Lule» Menem y Sebastián Pareja, entre otros.
Los llamados y mensajes desde el triángulo de hierro el domingo por la noche no fueron solo al celular de Ritondo. También se comunicaron con otros referentes PRO de la provincia como Guillermo Montenegro y Diego Santilli, cuyos pases a LLA son casi un hecho. «Sigue todo igual. Que vengan los que quieran venir», dicen triunfantes en Balcarce 50 citando lo que también dijo en el búnker el vocero y candidato Manuel Adorni. «No es el fin del PRO, es el fin de Macri», repiten altivos cerca del mandatario.
Milei también se refirió de manera directa al asunto: «Nosotros venimos trabajando con muchos dirigentes del Pro en la provincia de Buenos Aires y eso está muy avanzado, a pesar de que le guste o no a Macri», disparó sin pelos en la lengua. Luego, el mandatario añadió que «más allá de que él quiera llevar a cabo ese proceso, los dirigentes están tomando nota de que el Pro es una herramienta que quedó obsoleta y que no está en condiciones de poder terminar con el kirchnerismo». Como si eso fuera poco, Milei decidió avanzar más y comparó al partido amarillo el kirchnerismo, algo que para ellos es imperdonable. «Son muy parecidos al kirchnerismo porque son parte del partido del Estado», espetó.
El Presidente volvió a insistir con que «vamos a abrazar a todos los que estén dispuestos a acompañar las ideas de la libertad», y aseguró que su idea es formar un espacio en el cuál «todo el espectro de la centro derecha esté incluido». Por último, confirmó que las negociaciones con el PRO para las elecciones en la provincia que gobierna Axel Kicillof «están muy avanzadas», y que consideran que allí «vamos a dar otro batacazo». En el entorno del mandatario hasta se animan a arriesgar números y hablan de un «40 por ciento aspiracional». También mencionan la posibilidad de, en ese acuerdo de «centro derecha», sumar al radicalismo, que tiene muchas intendencias en Buenos Aires.
Macri, por su parte, siguió insistiendo con que el problema con Milei «es su entorno», al que también denunció como supuestos autores materiales del video falso que circuló la noche anterior a la elección en el que un Macri hecho por IA daba de baja la candidatura de Lospennato. «Acusa a mi entorno de cosas que no son», respondió Milei y subrayó: «Yo entiendo que él, para algunas cosas, ya está grande y no las entiende. Pero su espacio parece que tampoco. Las redes sociales tienen esa lógica». Por último, Mieli volvió a insistir con el armado en provincia de Buenos Aires. «El acuerdo en provincia está avanzado independientemente de Macri. O acaso ignoran las fotos en las que estaba mi hermana, Sebastián Pareja, ”Lule” Menem, Cristian Ritondo, el “Colo” Santilli y José Luis Espert», dijo.
Más allá de los diálogos entre La Libertad Avanza y el PRO, después de la fiesta, el oficialismo deberá resolver, también, sus propias internas de cara al armado en Provincia de Buenos Aires. Allí hay dos facciones en pugna: Por un lado está la de la secretaria general de la Presidencia y hermana del mandatario, Karina Milei. Por el otro, la del tercer vértice del triángulo de hierro, el asesor sin cargo Santiago Caputo.
En el entorno de ambos dirigentes dicen que no existe tal pelea y que no hay enfrentamiento, pero la tensión es evidente. Sobre todo entre los armadores de Karina, Sebastián Pareja y los Menem, y Santiago Caputo junto a su grupo de legisladores provinciales, como Agustín Romo, y quienes conforman la agrupación «Las fuerzas del cielo». La puja será, por supuesto, por los lugares en las listas, aunque todos aseguran que «la lapicera», la tendrá la hermana del Presidente.
El cierre de campaña de Adorni en Plaza Mitre, que ocurrió el miércoles de la semana pasada, fue una demostración de que esas dos facciones dentro de LLA existen y están midiendo fuerzas. Mientras que la militancia que responde a Pareja y los Menem ingresó a la plaza con remeras violetas y banderas de los distintos municipios, los jóvenes –muchos de ellos twitteros que conforman la patrulla digital que trabaja desde Casa Rosada– caminaron desde la Floralis genérica con sus remeras bordó, sus estandartes con consignas como «El comunismo es una enfermedad del alma», y con Daniel Parissini, alias «Gordo Dan», a la cabeza. Allí también estaban Romo; el Director de Comunicación Digital del Gobierno, Juan Pablo Carreira, y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, entre otros. Desde el entorno de Karina se muestran como la pata más territorial y tratan con cierto tono de desprecio la militancia «digital» que Caputo lidera.
Durante la semana, mientras continúen las discusiones con Mauricio Macri y negociaciones por debajo con los dirigentes del PRO –uno a uno ellos comenzarán a pintarse de violeta–, el gobierno seguirá con los anuncios económicos que iba a realizar la semana pasada y que suspendió. También planificarán el próximo viaje de Milei a Roma, a donde iría a un encuentro con el nuevo Papa, León XIV. El Presidente argentino iba a asistir a la asunción de Robert Prevost el domingo, pero prefirió quedarse en la Argentina para votar y, por supuesto, para celebrar el triunfo de su candidato en el búnker del hotel Libertador. Adorni, por ahora, seguirá dando sus conferencias de prensa en la Casa Rosada –desde las que se hizo conocido y con las que hizo campaña–, más allá de que había asegurado que la suya no sería una candidatura testimonial.
