El Ayuntamiento de Kiev adoptó este jueves la decisión de retirar 15 objetos y elementos relacionados con «la historia y el simbolismo de la historia imperial rusa y soviética», entre ellos un monumento al famoso escritor Mijaíl Bulgákov, originario de la ciudad, según reza el comunicado del organismo.
La lista de objetos que serán desmantelados con el objetivo de «repensar el espacio público», incluye monumentos al compositor Mijaíl Glinka, la poetisa Anna Ajmátova, el escritor Mijaíl Bulgákov, así como el símbolo ‘Kiev, ciudad heroica’ con la imagen de una estrella de cinco puntas, la piedra conmemorativa por el centenario de Vladímir Lenin y la placa en honor al célebre compositor Piotr Chaikovski, entre otros.
Ante tal decisión, se destaca el monumento a Bulgákov, ya que nació en Kiev en 1891 cuando la ciudad formaba parte del Imperio ruso, escribió principalmente en ruso y es considerado uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Conocido a nivel mundial por su obra ‘El maestro y Margarita’ —publicada mucho después de su muerte—, el autor también se consagró como novelista con obras como ‘Corazón de perro’, ‘Morfina’ o ‘La Guardia Blanca’, ambientada en Kiev durante los tumultos de 1918.
También se prevé hacer cambios en el monumento consagrado a los soldados liberadores: redactar el texto en ucraniano, sustituir las fechas ‘1941-1956’ por ‘1939-1945’ y sustituir la expresión ‘Gran Guerra Patria’ por ‘Segunda Guerra Mundial’.
Hasta el momento, se han desmantelado más de 170 objetos, mientras se prepara el retiro o modificación de otros 36. Además, 37 objetos son patrimoniales, por lo que sus cambios solo son posibles tras la aprobación del Ministerio de Cultura de Ucrania.
- El desmantelamiento de los monumentos relacionados con la cultura rusa o la época soviética, una práctica que se ha vuelto frecuente en Ucrania, empezó tras la introducción de la ley de ‘descomunización’. Tras el inicio de la operación militar especial, la campaña contra todo lo ruso solo se recrudeció.
- Moscú ha condenado la destrucción del patrimonio cultural y los ataques a la memoria histórica, acusando a Kiev de violar las normas internacionales y vulnerar los derechos de los ucranianos rusoparlantes. Las autoridades de Rusia han descrito la campaña como un intento de reescribir la historia y separar a Ucrania de sus raíces culturales.
