La Rada Suprema (Parlamento ucraniano) aprobó este miércoles una ley que excluye el ruso de la lista de lenguas protegidas en ese país.
La nueva legislación modifica una serie de leyes según la traducción actualizada de la Carta Europea de las lenguas regionales o minoritarias. Se corrigió la traducción inicial de la carta, influenciada por su versión rusa, que confundía el concepto de «lenguas minoritarias» con el de «minorías nacionales», reseña LB.ua.
La nueva traducción «lenguas regionales o minoritarias» transmite «con mayor precisión el contenido» de la carta y «elimina la posibilidad de manipulaciones políticas en torno al estatus de la lengua ucraniana», reza la nota explicativa del proyecto de ley.
El texto señala que «no hay motivos» para considerar que el ruso «esté en peligro». «El uso real del ruso en Ucrania […] es igual o superior al del idioma oficial, lo que podría llevar al desplazamiento del ucraniano a la periferia funcional», sostiene.
Aparte del ruso, de la lista fue eliminado el moldavo, tras dominar en Moldavia como idioma oficial al rumano, ya que se trata de la misma lengua.
Discriminación en Ucrania
Desde el golpe de Estado de 2014, en Ucrania no cesan los crímenes de violación de derechos humanos. El régimen de Kiev está llevando a cabo políticas de cancelación de todo lo ruso. En 2019, la Rada Suprema aprobó una ley que exige el uso exclusivo del idioma ucraniano en casi todos los aspectos de la vida pública, incluyendo la educación, el entretenimiento, la política, los negocios y la industria de servicios.
Después de la escalada de 2022, los legisladores han impuesto prohibiciones generales a obras de arte, conciertos y actuaciones en ruso, así como a películas, libros y canciones. También se ha prohibido el estudio del ruso en escuelas y universidades, así como el uso de topónimos que «engrandezcan, hagan propaganda, inmortalicen o simbolicen» a Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha señalado en repetidas ocasiones que mientras se busca la solución a la crisis, es necesario «resolver las cuestiones relacionadas con temas humanitarios, como la lengua rusa y los derechos legítimos de las personas que desean en Ucrania desarrollar y fomentar relaciones» con Moscú.
