El martes último en la Cámara de Diputados tuvo lugar un plenario de las comisiones de Acción Social y Salud Pública, de Familias, Niñez y Juventudes, junto a la de Presupuesto y Hacienda. En la sesión especial del 2 de julio se había emplazado a estas comisiones a reunirse con el objetivo de dictaminar. Sin esa exigencia, el oficialismo no las hubiera convocado. El reglamento de la Cámara prevé instrumentos como éste para garantizar el funcionamiento institucional. De lo contrario, la sola voluntad del presidente de una comisión como Presupuesto y Hacienda podría bloquear el desempeño de todo el Parlamento. En ese plenario de comisiones logramos un dictamen de mayoría para declarar la emergencia sanitaria en el marco de la crisis del Hospital Garrahan.
También el martes se realizó un plenario de las Comisiones de Educación y Presupuesto y Hacienda de Diputados, luego de un emplazamiento para que tal encuentro se produjera. En esa reunión, nuestro proyecto sobre financiamiento educativo obtuvo dictamen de mayoría.
En ambos casos, el oficialismo se opuso e incluso adelantó que si las iniciativas fueran aprobadas, las vetarán. Por el contrario, nosotros intentaremos que estos dictámenes obtengan media sanción en Diputados y luego vayan al Senado para que se conviertan en ley. Ante la anunciada decisión del oficialismo de vetar, trataremos de construir las mayorías necesarias para que ese veto no pueda consolidarse.
Mientras tanto, en el Senado una oposición ampliada logró aprobar el jueves por unanimidad el aumento para las jubilaciones, la actualización del bono y la emergencia en discapacidad. La prórroga de la moratoria previsional también fue apoyada por una mayoría extensa.
Para los temas previsionales, en agosto del 2024 el Congreso de la Nación ya había convertido en ley iniciativas similares que el Presidente luego vetó. De este modo, el gobierno logró retrasar durante un año la implementación de estas medidas. Pero la insistencia fue virtuosa: el Senado se reunió este jueves y con un quorum inicial de 42 senadores y senadoras volvió a aprobar estos proyectos que contaban nuevamente con media sanción de Diputados.
Como en la oportunidad anterior, el Presidente declaró que los va a vetar y que si el veto no es sostenible recurrirá a la Justicia, un procedimiento inédito y de dudosa legitimidad.
Además, el Senado, por unanimidad, rechazó el veto presidencial a los fondos destinados para la emergencia en Bahía Blanca tras las inundaciones.
Previo a la sesión en la Cámara alta, gobernadores y vicegobernadores de cerca de 20 provincias y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se reunieron y le dirigieron un claro mensaje a la administración nacional: “no podemos más, sufrimos recortes de todo tipo, se eliminó la obra pública, no podemos pagar los sueldos de los trabajadores del Estado”.
Producto del acuerdo que se expresó en la votación en el Senado, los gobernadores consiguieron la media sanción para sus proyectos de modificación del reparto de los ATN y de coparticipación del impuesto a los combustibles. Varios de esos jefes provinciales están de acuerdo con muchas de las políticas del gobierno. Sin embargo, les resulta cada vez más difícil apoyarlo.
Hay una discusión de fondo: el Poder Ejecutivo sostiene que el Presupuesto se construye a partir de los recursos disponibles y luego se determina en qué se gastan; nosotros, por el contrario, creemos que el Presupuesto se construye a partir de las necesidades de la sociedad y luego se define de dónde se obtienen los fondos para satisfacerlas. De todos modos, hoy esta discusión se torna abstracta dado que en los últimos dos ejercicios el gobierno gestiona sin un Presupuesto aprobado por el Congreso. El gobierno repite “no hay plata” e insiste en ajustar y recortar. ¿Qué significa? Que no se pavimentan las rutas, no se hacen escuelas, no se invierte en hospitales, etc., etc.
En esa perspectiva sostiene que dar lugar a los proyectos aprobados por el Senado o a los que obtuvieron dictamen esta semana en Diputados supone un aumento del gasto público. El caso del Hospital Garrahan es un ejemplo claro: el oficialismo pretende que discutamos de dónde se obtienen los fondos, cuando de lo que se trata es de definir qué recursos necesita el Garrahan y, luego, buscar el modo de conseguirlos. Lo que no se puede aceptar es que, ante la falta de recursos, entonces no haya Garrahan. O que los jubilados y jubiladas vivan cada vez peor, que las provincias se queden sin fondos para cuestiones básicas, que las personas con discapacidad y sus familias queden libradas a su suerte o que no puedan funcionar las universidades, entre muchos otros sectores en crisis.
Otro argumento que es necesario desmontar: el gobierno sostiene que la economía es “la macro”. Nosotros, en cambio, creemos que la economía tiene que ver con lo que le pasa a la gente. ¿Cuál es el territorio de la Nación? La suma de los territorios de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, no puede haber una política de la Nación desligada de lo que sucede en los territorios provinciales, es decir, del lugar donde transcurre la vida de los argentinos y las argentinas.
En cada uno de estos temas se debaten dos modelos de país. Estamos discutiendo si el Estado es un enviado del demonio y, entonces, hay que suprimirlo; o si el Estado es un instrumento con el que se puede actuar frente a la desigualdad y la injusticia, frente a la extranjerización de la economía o la riqueza acumulada en pocas manos, entre muchos otros temas centrales.
Este modelo no puede funcionar bien. Entre otras dificultades, tiene un problema de deuda que se intenta resolver tomando más deuda y no generando más recursos. El endeudamiento desmedido requiere la búsqueda de soluciones creativas que no limiten la posibilidad del desarrollo de las fuerzas productivas.
El Parlamento tuvo una semana de plena actividad. Los representantes de las cámaras de Diputados y de Senadores utilizamos todos los mecanismos institucionales para aprobar proyectos. El Presidente, desde siempre, considera al Parlamento un problema o un estorbo. Hay un gesto inicial muy emblemático: luego de jurar como jefe de Estado habló de espaldas al Congreso. Posteriormente, no perdió oportunidad para expresar su molestia con el Poder Legislativo. No se encuentra cómodo con el funcionamiento de ese poder del Estado. Lo que a ellos les molesta es lo que asegura la democracia.
En paralelo, han circulado en las redes sociales algunas voces llamando a “dinamitar el Congreso” o “sacar los tanques a la calle”, que profundizan un clima de violencia al que es necesario ponerle límites.
* Diputado nacional Unión por la Patria y presidente del Partido Solidario.