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Según el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller, aunque Washington tiene una «larga disputa jurisdiccional» con la Corte Penal Internacional en lo referente a acusaciones contra Israel, apoya su trabajo «en otros casos».
Numerosos periodistas se rieron abiertamente de las declaraciones de Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., cuando en rueda de prensa afirmó que su país apoya a la Corte Penal Internacional (CPI), y le recordaron que eso solo sería cierto si el caso no implica a su aliado Israel y sus crímenes en la Franja de Gaza.
Cuando un periodista le preguntó si estaba de acuerdo con que el expresidente sirio Bashar al Assad se enfrentara a la CPI como criminal de guerra por crímenes contra la humanidad, Miller respondió: «Pues apoyamos el trabajo de la CPI», e intentó continuar, pero fue interrumpido por una oleada de risas en el público.
«No, usted apoya el trabajo de la CPI hasta que hace algo con Israel», lo interrumpió uno de los periodistas. «Básicamente, no le gusta nada para EE.UU.».
En respuesta, Miller dijo que aunque Estados Unidos tiene evidentemente una «larga disputa jurisdiccional» con la CPI en lo referente a casos contra Israel, apoya su trabajo «en otros casos». «Pero dicho esto, cuando se trata de Al Assad, sospecho que antes de que llegue a la CPI, el pueblo sirio probablemente querrá que vuelva a casa y sea juzgado por sus crímenes en Siria», resumió.
La disputa jurisdiccional
EE.UU. ha amenazado repetidamente a la Corte Penal Internacional (CPI) con «consecuencias» si sigue adelante con su investigación sobre posibles crímenes de guerra de Israel ocurridos en Gaza y otros territorios ocupados, alegando que los palestinos no cuentan con personería jurídica que les permita participar como miembros de pleno derecho o como observadores en organizaciones, instituciones o convenciones internacionales.
Tras conocerse en abril que el tribunal podría emitir una orden de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y otros funcionarios israelíes, los congresistas estadounidenses de ambos partidos advirtieron que la decisión provocaría represalias por parte de Washington.
Después que la orden de detención contra Netanyahu y el exministro de Defensa Yoav Gallant fuera de todas formas emitida, en noviembre de este año, el senador republicano Lindsey Graham amenazó con sanciones a todos los aliados de EE.UU. si respaldaban esa orden, subrayando que «tendrán que elegir entre la canalla CPI y Estados Unidos».