“Cauto optimismo” es el espíritu que refleja el ánimo mayoritario de los empresarios que concurrieron al Coloquio de Idea. Tras 60 años de reuniones donde se vienen discutiendo temas tales como la educación, la economía, la necesidad de acuerdos, hoy los hombres de negocios se encontraron frente a frente con un presidente que los arengó a que tomen las riendas de sus negocios.
“Ustedes son los responsables de su propio destino”, les dijo Javier Milei, “si no se ocupan ustedes de ustedes mismos, ¿quién lo va a hacer? ¿El Estado? No, porque el Estado lo único que puede hacer es daño, el Estado no produce nada. Cuando el Estado da algo, es porque antes se lo robó a alguien. Por eso, nosotros hemos implementado la política más liberal de toda la historia argentina”, aseveró.
El primer mandatario cosechó en su discurso 16 aplausos, aunque ninguno enfervorizado. En contraste, cuando terminó su exposición ante un salón colmado, muchos de los asistentes se agolparon para sacarse selfies con Milei.
En la mañana, también el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, los desafió en el mismo sentido. “Levanten la mano cuántos de ustedes han aplicado el fondo de cese”, desafió el ministro. Nadie levantó la mano, lo que le permitió a Federico recordarles que esa herramienta, que ayuda a despejar la incertidumbre con los despidos, está a su alcance.
En general, la mayoría de los asistentes rescatan el sendero de estabilidad macroeconómica, el respeto a rajatabla de no caer en déficit fiscal y las desregulaciones burocráticas.
Aunque, también es cierto que “tanta libertad” genera preocupación. “Esta bien que no haya un Estado que te aplaste, pero tampoco la total ausencia”. Este temor de “pasarse de rosca” es decir el repetir los ciclos pendulares de la política argentina, pasando del liberalismo al populismo y viceversa, se manifestaba en los Coffee break.
Quien se atrevió a decirlo sin tapujos fue la empresaria autopartista Carolina Castro, dueña de Industrias Guidi: “Argentina está yendo hacia un nuevo péndulo. Quiero advertir sobre el riesgo de un Estado ausente”.
Otros empresarios, aunque en off the record, también comparten esta mirada. Especialmente los que piensan que el gobierno de Milei tiene una mirada “financiera” y no productiva del rumbo de la Argentina.
Un importante dirigente celebraba el anuncio que hizo el ministro de Desregulación respecto a que habrá vuelos entre Aeroparque, Tandil, Olavarría y que está avanzando la implementación de vuelos desde Aeroparque a Venado, Junín. En tanto, otro le decía “Esta buenísimo”, pero al tiempo preguntó ”¿quién controlará la calidad y seguridad de dichos vuelos?”. Este ejemplo muestra por donde también pasa el temor a una ausencia total de control.
Sin embargo, otros empresarios más entusiastas con el gobierno explicaban que este temor puede obedecer a décadas de dirigismo. “Aprendimos a manejar los negocios de esa manera”.
La respuesta no se hizo esperar y quien mejor la sintetizó fue Alberto Arizu, titular de una empresa vitivinícola de más de 120 años. ¿Sabe qué pasa? Ahora las empresas tenemos que replantear nuestro negocio porque nuestros costos, nuestras ventas estaban basados en una economía distorsionada”, explicó.
Se refería a que con alta inflación la gente consumía para sacarse los pesos de encima. “Ahora tendremos que mirar nuestros costos, mejorar servicios, en síntesis, concentrarnos en nuestras empresas”, sintetizó.
Un empresario ya mayor recordó que este mismo proceso ocurrió durante la década de los 90 con la convertibilidad. “Teníamos que salir a buscar al cliente”, recordaba.
En síntesis, el encuentro de Idea reflejó con las presencias de los funcionarios del gobierno libertario, que comienza un cambio de época. El que mejor resumió en qué consistirá fue Sturzeneger cuando dijo que el mejor Coloquio será cuando la presencia de funcionarios de gobierno no sea importante.
