En la Argentina es muy complicado emprender y comenzar un negocio de cero, sobre todo cuando todo el país se encuentra en una crisis económica que perjudica el bolsillo de todos. La hiperinflación de 1989 le arrebató las posibilidades a miles de PyMEs de prosperar.
En ese contexto nació Blancoamor, una empresa de muebles y decoración del hogar oriunda de Neuquén que supo sortear los obstáculos que les presentó la crisis y ahora funciona con más de 65 empleados. Federico Kreplak, hijo del fundador y CEO del negocio, cuenta su historia.
Contexto histórico de 1989
En 1989, Argentina atravesaba una situación económica y social muy complicada. El país enfrentaba una hiperinflación que había comenzado a finales de la década de 1980, lo que llevó a una pérdida significativa del valor del peso argentino y a una crisis económica profunda. La inflación alcanzó niveles alarmantes, afectando a todos los sectores de la economía y deteriorando las condiciones de vida de la población.
La situación económica se vio agravada por un alto endeudamiento externo e interno, un estancamiento económico y una falta de inversión en infraestructura y bienes de capital. Socialmente, la crisis generó un gran descontento entre la población, que se manifestó en una serie de protestas y disturbios en mayo y junio de 1989, se produjeron saqueos y disturbios en varias ciudades, incluyendo Rosario, Buenos Aires y Tucumán, que resultaron en la muerte de 14 personas y numerosos heridos.
Estos eventos reflejaban la frustración y el desespero de la gente ante la crisis económica y la falta de soluciones efectivas por parte del gobierno. La presidencia de Raúl Alfonsín, que había comenzado en 1983, se vio profundamente afectada por esta situación, y finalmente, en 1990, Carlos Menem asumió la presidencia, marcando un cambio en la política económica del país.
Hiperinflación
A medida que los precios subían diariamente, el salario real se deterioraba rápidamente, lo que redujo el poder adquisitivo de la población y generó una sensación de incertidumbre generalizada. En 1989, la inflación superó el 3.000% anual, provocando un caos en la economía, forzando a Alfonsín a adelantar el traspaso de mando a Carlos Menem.
Para controlar la situación, el nuevo gobierno implementó el Plan de Convertibilidad en 1991, bajo la dirección del ministro de Economía, Domingo Cavallo. Este plan estableció una paridad fija entre el peso y el dólar estadounidense, respaldada por una ley que prohibía la emisión de moneda sin reservas en divisas. La convertibilidad ayudó a estabilizar los precios y generó un período de crecimiento económico. Sin embargo, la medida también generó una fuerte dependencia del dólar y un endeudamiento creciente.
La historia de Blancoamor
En 1986, Carlos Kreplak se desarrollaba como contador de varias empresas pequeñas junto con su mujer. En ese contexto, descubrió su pasión por emprender y comenzó a idear su negocio soñado, que pudo concretar luego de muchos ahorros y un crédito bancario. Luego de la hiperinflación, tuvieron que cerrar todas sus sucursales salvo la central, que se pudo sostener gracias a esfuerzo y los ingresos que llegaban. Además, en ese momento los supermercados comenzaron a incorporar la venta de electrodomésticos y elementos del hogar en sus góndolas, por lo que los clientes cada vez eran menos.
Federico, el hijo de Carlos, heredó el negocio en 2005 y desdé ahí el rumbo de la empresa dio un giro positivo, que desembocó en una empresa con cinco sucursales y una página web con envíos a todo el país. Planean expandir sus depósitos y centros logísticos para seguir sumando rubros a Blancoamor.
