En una nueva toma de distancia con el gobierno que integra, la vicepresidenta Victoria Villarruel cuestionó en duros términos el acuerdo del Gobierno con el Reino Unido para la reapertura del diálogo por las Islas Malvinas, al advertir que esa propuesta es «contraria a los intereses de nuestra Nación», dado que se plantea «cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio».
El martes pasado, la canciller Diana Mondino firmó un acuerdo en Nueva York con su par de Gran Bretaña, David Lammy, para acercar posiciones respecto del diferendo de Malvinas, y la noticia fue presentada por el Gobierno como un «avance diplomático». La decisión oficial desató las críticas opositoras, que lo compararon con el cuestionado pacto Foradori – Duncan, firmado por el gobierno de Mauricio Macri en 2016.
Villarruel dejó claro que también existe una grieta al interior del espacio libertario en torno a un acuerdo que, en la práctica, le otorga beneficios al país invasor.
«Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite y me obliga a expedirme. La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación», consideró la titular del Senado a través de una publicación en sus redes sociales.
En ella señaló que se busca «entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares. ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte? ¿Nos toman por tontos?», se preguntó.
En su óptica, «ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación».
Los ejes del acuerdo
El punto más saliente del acuerdo es el restablecimiento de un vuelo regular desde San Pablo (Brasil) a las Islas Malvinas, con una escala mensual en Córdoba, que había sido suspendido desde que la administración de Alberto Fernández endureció su reclamo de soberanía.
Otro eje central es «organizar un viaje de familiares de caídos a las Islas antes de fin de 2024, para que puedan visitar las tumbas de los soldados que allí descansan», informó Cancillería.
«También se estableció la necesidad de avanzar con medidas concretas en materia de conservación de pesquerías», agregó la cartera que encabeza Mondino.
Para Villarruel, «resulta insólito que mientras los Estados Unidos nos ofrecen buques guardacostas para proteger nuestro mar argentino del pillaje extracontinental, nosotros propongamos cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio».
«Estas no son palabras contra nuestro gobierno, sin embargo, es inevitable expedirme sobre este acuerdo, ya que es un tema que toca cada fibra de mi identidad y pone en juego los intereses permanentes de nuestra gran Nación. Porque somos amigos de todos, pero primero de la Patria», terminó en una curiosa defensa de sus posiciones abiertamente opuestas al rumbo oficial, por lo menos en este tema.
La vieja interna Milei vs. Villarruel
Los problemas con Villarruel, analizan en Balcarce 50, empezaron hace diez o doce meses, durante la campaña presidencial. La relación se terminó de perforar después de que Milei anunciara que no le iba a dar a su vice el control de los ministerios de Defensa y Seguridad, tal como se había anticipado durante la campaña y tal como ella quería. Villarruel, después de eso, se habría tomado «ciertas atribuciones en lugares muy sensibles», y en el Gobierno ubican allí su primera «pequeña traición».
Al principio de la gestión, en el entorno de Milei estaban seguros de que ella había formado parte, o al menos que estaba al tanto, de la idea que tenía un grupo de opositores de preparar una especie de «plan b», en caso de que Milei tuviera que dejar el poder.
Las diferencias se fueron expresando con zancadillas de los dos lados. Una de las más recordadas fue cuando en una entrevista televisiva, Villarruel le colgó el epíteto de «¡Pobre jamoncito!»
El caso de la visita de los diputados a los genocidas presos
Uno de los últimos choque llegó cuando uin grupo de diputados de La Libertad Avanza visitó a Alfredo Astiz y otros genocidas en su lugar de detención. Desatado el escándalo, en la Casa Rosada eligieron colgarle la responsabilidad a la vicepresidenta. En una entrevista en Radio Rivadavia, le preguntaron a Milei si le hacía ruido la visita a la cárcel. “Absolutamente, ésa no es mi agenda”, tomó distancia.
Cuando le consultaron de quién era la agenda, respondió: “No sé. Habrá que investigar cómo fue movido eso. Eso fue hecho con intenciones. El cura que organizó eso terminó echado. Es un cura que, además, me insultaba por YouTube. Habrá que ver qué links hay ahí”. La referencia del Presidente es a Javier Olivera Ravasi, un influencer de la ultraderecha que se define como amigo de Villarruel. Es hijo, además, del genocida Jorge Olivera.
Milei no disimuló cuando le consultaron si había estado Villarruel detrás de la visita. “No sé. Hay que ver qué vínculos hay ahí. Mi agenda no es seguro. Y la persona que organizó eso me insultaba de manera recurrente”, agregó.
Desde el entorno del Presidente, la diputada Lilia Lemoine había sido la primera en apuntarle a Villarruel. «¿Por qué no saltó?», reclamó la legisladora, que recordó que la vice había hecho campaña con una agenda tendiente a justificar los crímenes de la última dictadura.
Texto completo del comunicado de Villarruel sobre el acuerdo del Gobierno por Malvinas
«Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite y me obliga a expedirme.
La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación. Esta propone entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares, ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte?
¿Nos toman por tontos? Ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación.
Resulta insólito que mientras los EEUU nos ofrecen buques guardacostas para proteger nuestro mar argentino del pillaje extracontinental, nosotros propongamos cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio.
Estas no son palabras contra nuestro gobierno, sin embargo, es inevitable expedirme sobre este acuerdo, ya que es un tema que toca cada fibra de mi identidad y pone en juego los intereses permanentes de nuestra gran Nación.
Porque somos amigos de todos, pero primero de la Patria.»