El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo este martes una conversación telefónica de una hora con su homólogo chino, Xi Jinping, en un momento de creciente fricción con EE.UU. y en plena ofensiva diplomática para afianzar la «unidad del Sur Global».
La llamada, solicitada por Lula, se produjo tras sus recientes contactos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el primer ministro indio, Narendra Modi, en un intento de fortalecer el frente de los BRICS frente a las presiones comerciales de Washington.
Según informó oficialmente el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Xi describió la relación bilateral como «la mejor de la historia» y ofreció trabajar con Brasil para «aprovechar oportunidades, fortalecer la coordinación y obtener resultados de cooperación mutuamente beneficiosos».
Agenda bilateral y cooperación multilateral
El presidente chino también llamó a «oponerse sin ambigüedades al unilateralismo y al proteccionismo», en una clara alusión a la política comercial estadounidense. Lula, por su parte, subrayó la importancia estratégica de los vínculos con China, expresó su disposición a «profundizar la alineación estratégica» y defendió la soberanía brasileña frente a las presiones externas.
Durante la llamada, Xi respaldó el papel de Brasil como anfitrión de la próxima cumbre climática de la ONU en Belém y destacó la necesidad de que los países del Sur Global «se unan para defender la justicia internacional y proteger los derechos legítimos de los países en desarrollo». Lula agradeció el apoyo de China al multilateralismo y al libre comercio, y coincidió en fortalecer la coordinación dentro de BRICS y otros foros para «oponerse a actos de acoso y salvaguardar los intereses comunes».
Contexto de fricciones con Washington
El acercamiento a Pekín llega después de que la administración de Donald Trump impusiera aranceles más altos a productos brasileños como parte de su guerra comercial global y en medio de un clima político tenso, marcado por el proceso contra el expresidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado.
Brasil, que este año ostenta la presidencia rotatoria de los BRICS, ha respondido buscando diversificar mercados, reforzando el comercio con China, India y el sudeste asiático. El lunes, Trump prorrogó por 90 días la suspensión parcial de los aranceles a bienes chinos, aunque mantuvo gravámenes más altos que afectan especialmente a miembros del bloque.